Las denominaciones de izquierda y derecha se las encuentra por primera vez en medio del desarrollo de la Revolución francesa, con la Asamblea Constituyente de 28 de agosto de 1789, que tenía como fin, darle continuidad al régimen feudal absolutista o, crear las condiciones para el nacimiento del nuevo régimen liberal burgués en Francia. Al costado derecho del Presidente de la Constituyente se sentaron los conservadores partidarios de reafirmar los privilegios político-legislativos del Rey, y a su izquierda los revolucionarios partidarios de la República.
Los revolucionarios ganaron con 673 votos, frente a 325 votos de la derecha aristocrática, de esta manera la incipiente burguesía le dio un tajo a la historia con violencia, puso fin al antiguo régimen absolutista del Rey e inauguró la modernidad del capitalismo mundial con esa gesta sangrienta que duró 10 años.
Y a fecha de hoy tenemos que aquel revolucionario burgués de la primera declaración de los derechos del hombre de la Revolución francesa, es en la actualidad el “desinteresado” empresario que le aplasta el cogote a los trabajadores del campo y la ciudad, le exige más productividad por menos paga y menos derechos humanos y el que en nombre de la libertad, le declara la guerra comercial a China, alimenta el fuego de la guerra en Ucrania y apoya a Israel en su operación genocida en contra del pueblo palestino, todo, por simple cuestiones de negocios.
Este es el origen formal de las dos tendencias y concepciones políticas que actualmente explican el mundo, pero que, con el advenimiento de los trabajos de Carlos Marx y V. Lenin, la definición de izquierda adquirió nuevas dimensiones, hasta convertirse en una teoría que guía la lucha social de los trabajadores y explica el proceso siempre sinuoso pero necesarísimo de transformación revolucionaria de la sociedad capitalista actual.
LA DERECHA QUE DISEÑA A CIERTA “IZQUIERDA”.- Es una necesidad constante moldear o diseñar la inconformidad social, requerida discretamente por la derecha en los medios de información masiva, como una forma que adopta la lucha de clases (mediática y light) en el plano de las ideas, para alimentar confusión de conceptos y propiciar división política en el campo popular; así, constantemente se invita a académicos pusilánimes, “expertos opinólogos” y personajes de derecha, para que definan e instruyan a las audiencias de redes sociales, la radio y TV con ideas funcionales de que, ser de “izquierda” actualmente es incorporarse en activismos de todo tipo que ayuden a paliar o disimular las nefastas consecuencias sociales y desastres ambientales del capitalismo. Siempre y cuando se lo haga dentro de la institucionalidad oficial, en organismos de cooperación internacional o inscritos en las bandas de la legalidad y tolerancia política del Estado capitalista.
Dado el caos perenne en el que se vive en su sociedad, a la derecha no le queda más que admitir la crisis sistémica y estructural del capitalismo que dirige, recomendando antes que lo que podría denominarse de “izquierda” dentro del capitalismo (léase reformismos de todo tipo) debería limitarse a racionalizar la administración del poder y cooperar en la reproducción del capitalismo; crear nuevas instituciones o desaparecer otras que lo sostienen, ayudando a que la fe no se pierda en ilusiones vacías como la democracia, libertad y bienestar. Esta sería la tarea del progresismo conservador (la nueva izquierda o new left) que la derecha de la clase dominante impulsa y tolera.
Si se coloca en una balanza el costo en dólares de mantener a la gente satisfecha con aparentes políticas sociales de Estado y subsidios a la pobreza, frente al beneficio político (dominio de clase/gobernabilidad) y ganancias económicas extraordinarias que obtuvieron los empresarios bajo el régimen “progresista” en el Ecuador, nos explicamos porque el simulacro de autodefinirse de izquierda sin serlo, está tan de moda y deja réditos en personas de derecha como R. Correa y Daniel Noboa, este último dijo recientemente ser de “centro izquierda”, calificando a “la derecha como bastante ineficiente”.
RAFAEL CORREA NO ES DE IZQUIERDA. – El ex presidente Correa tiene una fuerte formación religiosa, instrucción profesional de economía liberal, es experto en economía para el desarrollo (del capitalismo) cuyos fines consisten en luchar contra la pobreza y la inequidad, no contra el capitalismo, cuya institucionalidad defiende con su vida, además, su único libro “Ecuador: de Banana Republic a la No República” no expresa ideas de izquierda.
Su pensamiento está inscrito en alguna vertiente liberal-conservadora, por tanto, cuando se autoproclama de izquierda está cometiendo un engaño grave y descarado a la ciudadanía.
Desde 2007 [1] tuvo el apoyo de Ha-Joon Chang, uno de los economistas más destacados a nivel mundial de las teorías económicas para el desarrollo, quien en 2005 escribió “La relación entre las instituciones y el desarrollo económico. Problemas teóricos claves” y coincidencialmente Correa llamó a elecciones para formar una Asamblea Constituyente (la puerta de entrada hacia una nueva institucionalidad del Estado) que inició sus sesiones el 29 de noviembre de 2007.
Correa para su primer período presidencial se posesionó el 15 de enero del 2007 teniendo en mente las ideas del neoinstitucionalismo histórico y económico de Douglas North, Joseph Stiglitz y Ha-Joon Chang. Su administración dio inicio a un complejo proceso de creación de nuevas instituciones de Estado y de gobierno.
Pero Chang en el transcurso de esos años cambió de criterio y para llegar al desarrollo planteó un mix de medidas económicas (inclusive neoliberales) que se adapten a la realidad del país, como lo sugiere en su libro de 2015 “Economía para el 99% de la población”. Este es el período de más profundo conservadurismo autoritario de Correa, cuando enfrenta la “Marcha por el agua” en 2014 y reprime ferozmente al movimiento indígena en 2015.
Chang se mantuvo cerca a Correa inclusive en la transición de la candidatura a la presidencia de Lenin Moreno, tal como se refleja en la columna periodística de Fander Falconí [2] ex titular de SENPLADES.
Las políticas de Correa se inspiraron en la Revolución Liberal Alfarista, planteó la prevalencia del estado en la economía y creó una institución de participación ciudadana y control social, pero eso, ni de lejos le da credenciales como una persona de izquierda.
Complementariamente, su gestión de 10 años como dirigente del Estado burgués, es la historia de su propio fracaso como economista-gobernante y el fracaso en el Ecuador de las ideas de su ilustre tutor, Ha-Joon Chang.
QUIEN ES DE IZQUIERDA. – Lo que significa asumir una posición política de izquierda tiene que ser explicado de acuerdo a la evolución de la historia y de las contradicciones actuales del capitalismo. Por eso mismo, las nociones básicas de cómo se entiende y explica el mundo desde la izquierda y la derecha están plenamente vigentes y es uno de los muchos terrenos en los que se enfrentan las clases sociales fundamentales del capitalismo.
No tiene mucho sentido autoproclamarse de izquierda y defender al Rey y su absolutismo, para eso tomas una silla y te sientas a la derecha, que es lo coherente.
Pero otra cosa es pertenecer a la izquierda revolucionaria cuya propuesta fundamental es dar un nuevo corte a la historia, poniendo fin al régimen anacrónico de los empresarios capitalistas y a las guerras de rapiña imperialistas para construir una nueva sociedad. Esto es lo auténticamente progresista.
La impostura “progresista” de algunos gobiernos de América Latina, más bien fomentan un movimiento pendular entre tendencias de gobierno de ultra derecha como Javier Milei y otros liberales centristas y socialdemócratas moderados como Maduro, Gabriel Boric, Gustavo Petro o Lula da Silva.
Así mismo debemos señalar que entendemos a la izquierda política en el mundo, como la principal fuerza de ideas revolucionarias y acciones prácticas de lucha que impulsan la historia y la sociedad hacia una nueva forma de producción y organización de la vida social y productiva, por tanto, el término izquierda identifica y agrupa a quienes se oponen al capitalismo y sus límites civilizatorios, como son, su noción engañosa de democracia, su concepto estrecho y elitista de libertad, la inevitabilidad de las guerras originadas por la involución de países capitalistas a imperialismos y sus disputas violentas; la mercantilización de la naturaleza y la inviable promesa de bienestar social para la mayoría de la población en un régimen dominado por empresarios y anacrónicos, mega millonarios autoritarios como Musk, Sukenberg, Gates, Soros, Bezos, entre otros y una capa de oligarcas globales de la más baja ruindad.
Comprometerse con las ideas de izquierda es luchar en todos los terrenos por la emancipación social, económica y política de los trabajadores y los pueblos originarios, la solidaridad entre los pueblos y la lucha en contra de las guerras alimentadas por los imperialismos.
ES BUEN TIEMPO PARA LA UNIDAD. – La burguesía ya cumplió su papel en la historia, se ha vuelto ultra conservadora y represiva, como lo fue en su momento la monarquía absolutista. Su régimen económico-político neoliberal es un anacronismo y como el feudalismo ya envejeció y no corresponde al anhelo de progreso de los pueblos, pero se niega a desaparecer.
Para vencerlo es hora de que los trabajadores en alianza con todos los pueblos ancestrales oprimidos, los diversos sectores sociales excluidos, los profesionales e intelectuales de pensamiento patriótico y emancipatorio forjen la más férrea unidad alrededor de un mínimo programa de gobierno que siente las bases para trasformaciones económicas y democráticas de mayor alcance.
Salvo las huelgas de fábricas, en muy pocas ocasiones las clases sociales, en general, se enfrentan directamente en estado puro; por el contrario, para lograr su objetivo de dominación (burguesía) o emancipación (trabajadores y pueblos ancestrales) constantemente tejen alianzas con fracciones de otros grupos y clases sociales que van cambiando según los contextos histórico-políticos, y que, por lo tanto, se van armando, desarmando y rearmando, por ello lo sinuoso y difícil del proceso de unidad del campo popular, pero como afirmamos más arriba, es tan urgente como necesarísimo.
NOTAS
- https://www.eluniverso.com/2007/09/23/0001/9/EC7E0CEDEA434BF99F0D401B91C87DB2.html/
- https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/articulistas/1/encuentro-de-lenin-moreno-con-ha-joon-chang
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