La ultraderecha fascista se abre paso en el mundo

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“El Estado no cumple, la mafia sí cumple. Yo apoyo a la mafia”

                            Javier Milei

Un fenómeno político de importantes repercusiones se desarrolla a nivel mundial desde hace unos 15 años.

Se trata de un repunte político, retórico-electoral, que se propone “cambiar al mundo”, a través de nuevas y viejas teorías, y antiguas prácticas provenientes de los sectores más peligrosos y retardatarios del mundo occidental, agrupados en torno a propuestas ultraconservadoras, fascistas y neofascistas, a través de gobiernos, organizaciones sociales (ONGs), iglesias, medios de comunicación, que se plantean anular el Estado, especialmente si en su estructura hay vestigios de pensamiento progresista, o socialista.

La derrota del Nacional Socialismo (Hitler) luego de la Segunda Guerra Mundial no exterminó a los grupos y políticos afines, que hoy se muestran muy activos, y a los que se han unido grupos anarcofascistas, que fomentan el terror.

Sus planteamientos.

La mayoría de ellos expresan un marcado nacionalismo. En el plano social estos grupos de la derecha internacional tradicional, y de las organizaciones  neoconservadoras o fascistas, enfatizan su repudio a los migrantes (Xenofobia), especialmente en Europa. Además odio y violencia contra las organizaciones GLTBI, y en algunos casos, contra las mujeres. Asumen también posturas antiambientalistas a las que denomina “eco-locuras”.

Los grupos ultras más destacados a nivel internacional son el grupo francés “Reagrupamiento Nacional”. En Italia “Los Hermanos de Italia” (con su tesis Más Italia, menos Europa), y “Forza Nova”.  “Alternativa para Alemania (AfD)”. Los polacos de “Ley y Justicia”. El español “VOX”, que cuenta con varios representantes en las asambleas legislativas provinciales españolas, e intensos contactos con países extranjeros, entre ellos con el gobierno de Daniel Noboa y Verónica Abad en el Ecuador.

Los líderes más visibles son Donald Trump (Estados Unidos), Jair Bolsonaro (Brasil), Xavier Milei (Argentina), Nayib Bukele (El Salvador), que  siguen a  los teóricos Adam Smith (Escocia), Friedrich Hayek (Austria), y a la exprimera ministra Margret Thatcher (Reino Unido),  conocidos políticos que apoyan la desaparición o reducción radical del Estado; alientan, cuando les interesa, el sistema de libre competencia y la preminencia del capitalismo de mercado. Alientan las concesiones económicas a los monopolios, condenan cualquier tipo de control de precios, así como la oposición total a los principios económicos del keynesianismo (intervención del Estado para el control de precios y para el aumento del mercado consumidor).

El modelo fascista-hitleriano de acción social intentan aplicarlo con el apoyo de los militares o los grupos móviles de jóvenes violentos, y de manera intensa con el uso de las redes sociales a través de verdaderos batallones de trolls. Entre las acciones de amedrentamiento en algunos países están los “scratchs” (intimidación verbal, física o mediante grafitis en los hogares de políticos y dirigentes sociales), también con operativos urbanos violentos y la participación activa y muchas veces exitosa en los procesos electorales. Como en los tiempos anticipatorios a la Segunda Guerra, mantienen locales bien pertrechados, con fotografías de sus héroes como Hitle, Mussolini, y de los ukranianos  Bandera, Shujevich y Zalenski.

Para el logro de sus planteamientos extrema a sus líderes naturales como Montesquieu, John Locke, Milton Friedman y los Chicago Boys, Y en la Argentina con el pensador liberal Juan Bautista Alberdi, autor de la Primera Constitución y defensor a ultranza del pensamiento liberal.

El aparato para los actos de preparación y acción incluye a institutos, fundaciones, universidades, y también a personajes que tratan de interpretar estos acontecimientos políticos internacionales para dar cierta “base científica” a esta etapa de derechización.

Una constante de estos movimientos es procurar un pensamiento y un movimiento con organicidad propia. El político español Sergio Velasco, teórico de la derecha de su país, resalta la necesidad de la unidad como una estrategia para enfrentar el “avance del socialismo, y para unir a las derechas” (porque hay algunas, con matices propios y hasta enfrentadas entre sí).

Un argumento expuesto en el último proceso electoral en Europa (en el que la derecha institucional ganó varios puestos y la derecha fascista avanzó en varios países) es que los fascistas terminarán con el denominado “Estado de Bienestar”, que orgullosamente pregona Pedro Sánchez en todos sus discursos. El llamado “progresismo” se tambalea y se ha obligado a pactos contra natura como el que acaba de propiciar uno de los más ineptos y ambicioso de los presidentes como es Francis Macrón.

El llamado “progresismo” europeo se revuelve entre el desconcierto y el odio, pero con la falta de respuestas claras ante el neofascismo, corre el riesgo de volverse parte del statu quo. Tanto más que el enfrentamiento al neofascismo terrorista lo hace solo, sin el pueblo, sin los trabajadores, porque hace tiempo que lo abandonaron.

Otro subgrupo de los que internacionalmente se llaman de derecha, son los autodenominados “liberales”, cuyo máximo exponente es el actual presidente argentino Javier Milei, quien se ha calificado como “liberal libertario y anarquista de mercado”. Es, probablemente, el más activo y audaz representante de la ultraderecha internacional que amenaza a políticos e instituciones con expresiones como “vengo a sacar a estos delincuentes a patadas” al referirse a los funcionarios estatales, particularmente a los que han colaborado con gobiernos peronistas y del partido Radical.

Milei se propone dolarizar la economía argentina y para llegar a aquello ha propuesto un plan de dos años de sufrimiento popular porque se propone privatizar cuanta empresa sea posible (aunque en el Senado no pasó la privatización de Aerolíneas Argentinas y los Medios Públicos). En sus seis primeros meses lo que ha conseguido es la pérdida de poder en los sueldos, incremento del 45% de la pobreza , y se jacta en sus recurrentes viajes al exterior que el gasto público cayó al 30% ( o sea construcción de hospitales y escuelas, puentes y demás obra pública).

El más connotado libertario del mundo ha provocado violentos saltos cambiarios con la consiguiente angustia de importadores y exportadores. Ha desregularizado la medicina prepagada, el combustible y las pensiones de los colegios privados. Ha suprimido los subsidios de importantes sectores como los transportes y las ayudas a las ollas populares.

En el extremo de lo que su estado de demencia, como lo ha señalado una Senadora argentina, plantea comercializar la compra-venta de órganos humanos y de armas. Lo mismo con la educación y la salud, así como con disminuir el gasto público (que con su aplicación produjo el despido de miles de trabajadores y el cierre de múltiples oficinas públicas).  La reducción de las transferencias a los gobiernos provinciales propició un franco levantamiento de los Gobernadores, que basan su trabajo precisamente en estos envíos.

Milei y sus coidearios abominan al Estado pero se preocupan de crear un estados fuerte para reprimir a los trabajadores, estudiantes, pequeños empresarios que protestan por los perjuicios que les ocasionan las medidas económicas ultraneoliberales.

Plomo y amenaza es la respuesta de Milei y su ministra de Gobierno Patricia Bulrich a las cada vez más crecientes protestas populares.

Marco Villarruel
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