Este pasado 28 de agosto de 2024 finalizó la fase de asignación y aceptación de cupos para los jóvenes que desean ingresar en la Universidad Central del Ecuador en el periodo 2024-2025, este proceso contó con la participación de 37.896 estudiantes a nivel nacional, que rindieron el examen de ingreso a la universidad para postular a las 71 Carreras que existen actualmente.
Desde la implementación de la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), impuesta por el gobierno del ex presidente Correa, en el 2008, se modificó el ingreso a las universidades públicas del país, si bien los anteriores procesos no eran los mejores y no garantizaban una educación de calidad, la realidad es que el correísmo, violentó la propia constitución poniendo por delante la admisión antes que la nivelación.
Esta medida develó la verdadera naturaleza del gobierno de ese entonces, primaban conceptos de meritocracia en un sistema educativo injusto, desfinanciado y golpeado por todos los gobiernos. El mito de la “meritocracia” justifico que no todos los jóvenes pueden ingresar a la universidad, este concepto se maneja hasta la actualidad.
El candado que implementó el correísmo en la LOES ha dejado en la calle a más de 1’500.000 jóvenes aproximadamente, en el momento actual no se discute si debe o no ser “meritocrático” el acceso a la educación superior, pues siendo un Derecho Humano garantizado en la Constitución de la República, el estado debe asumir su responsabilidad, en los hechos y ya después de más de 15 años de aplicación, el modelo de ingreso correista ha fracasado rotundamente.
Los gobiernos siguientes y fruto de la presión de la sociedad y de los gremios estudiantiles históricos FEUE y FESE, han realizado más de 5 proceso de reformas de LOES, en los cuáles no se tomó las propuestas estudiantiles y se realizaron cambios de maquillaje y no de forma, aprovechándose de la angustia de las familias y los jóvenes que no pueden acceder a la educación, tomando esta demanda social como bandera de campañas políticas, para llegar al poder sin resolver el problema.
De los 37.896 estudiantes que rindieron el examen de ingreso en la Universidad Central del Ecuador (UCE), solo existieron 7.395 cupos, esto responde a varios factores; la acumulación de estudiantes rezagados que supera la oferta académica de las universidades públicas, los recortes presupuestarios al sistema de educación superior (menos presupuesto), la falta de infraestructura (en varias universidades se supera la capacidad en las aulas que asegure una educación de calidad de acuerdo con las normas internacionales, no más de 21 estudiantes por aula), y la falta de interés y la demagogia de los gobiernos de turno.
Esta situación angustiante choca con la cruda realidad de la juventud, sin fuentes de trabajo digno y siendo víctimas de las organizaciones transnacionales delictivas, son parte de estas organizaciones bajo las amenazas, chantajes o incluso como una alternativa para tener ingresos económicos, lo cierto es que esta juventud no solo forma un importante componente de los Grupos de Delincuencia Organizada (GDO), sino que además, son de las principales víctimas de asesinatos en las disputas de territorio. “Casi la mitad del total de víctimas hasta la actualidad era joven, en plena edad productiva”… “El 47% de los asesinados había registrado que era estudiante”(Primicias, 2024).
Si a la juventud no se le garantizan fuentes de trabajo y empleo digno, se le cierran las puertas de ingreso a la educación superior y por otra parte, la pobreza aumenta, la juventud es presa fácil de los GDOs, la situación de violencia extrema que vive el país no se resuelve únicamente con balas y cárcel, se resuelve garantizando las condiciones de vida y desarrollo digno para este sector y para la sociedad en su conjunto.
En este camino, la discusión por parte de los sectores organizados y no organizados, de una reforma o una nueva LOES es urgente, esta ley debe garantizar el ingreso democrático de la juventud a la universidad sin pretextos de “meritocracia”, “modelos educativos extranjeros”, “calidad vs cantidad”, entre otros.
En este proceso de nueva LOES, es urgente una reforma a los fondos organizados en el FOPEDEUPO (Ley del Fondo Permanente para el Desarrollo Universitario y Politécnico), por ejemplo, la Universidad de Sao Paulo en Brasil es la mejor universidad en Latinoamérica, “con un presupuesto de 1.420 millones de dólares, equivalente al 5% del PIB de Brasil” (Gobierno de Estado de Sao Paulo, 2024), mientras que Ecuador destina para la UCE un “presupuesto de $218 millones de dólares con un recorte de presupuesto de casi 15 millones de dólares en este 2024” (El Universo, 2024).
Esta angustiante situación hace que personas sin escrúpulos intenten estafar a los miles de jóvenes y sus familias que quieren ingresar en este caso a la UCE, en el proceso actual se dieron casos de intentos de estafa anunciados desde diferentes redes sociales, grupos de WhatsApp y que fueron aprovechados por falsos dirigentes gremiales que intentaron aprovechar esta situación para promocionar los servicios como tramitadores y como negociantes de la educación con cursos de nivelación.
La situación por la que atraviesa la Universidad Central del Ecuador, la universidad que recibe el principal interés de la juventud en todo el país, es así mismo preocupante, el Consejo de Educación Superior (CES) y tres de sus miembros con afán desesperado buscan iniciar un proceso de INTERVENCIÓN, ocupando el rol que dejaron las dictaduras militares y los gobiernos antidemocráticos en el país.
El respeto a la democracia y a la autonomía, violentada también por la actual LOES, debe prevalecer sobre los intereses mezquinos de unos cuantos que ven la oportunidad de participar en un nuevo proceso electoral, el cual ya perdieron.
En la nueva LOES tiene que primar la defensa de la AUTONOMÍA como esencia misma de la universidad latinoamericana desde el Manifiesto Liminar de Córdova de 1918, las competencias que tiene el CES deben ser discutidas nuevamente, estas competencias no pueden lesionar arbitrariamente estos principios.
De la misma manera, la Secretaria de Ciencia, Innovación y Tecnología (SENESCYT) que tiene la competencia de un supra ministerio no puede ser el organismo que intente someter a la universidad pública por designio de los gobiernos de turno, la SENESCYT debe quedarse como una secretaria que articule la ciencia, la innovación y la tecnología entre el estado y las Universidades del País, y la función principal debe ser la adquisición y gestión de recursos para la investigación.
El sector que más ha ganado con los sistemas de ingreso a la universidad pública ha sido el sector de las universidades privadas, mientras que se redujo el número de estudiantes que ingresan a las universidades públicas, la tasa de matriculación a las universidades particulares aumentó en un 6%, lejos del discurso estos grupos económicos han sido los grandes beneficiados.
Es innegable que la gran producción de miles de profesionales es autoría de las universidades públicas del país, las cuales a pesar de no contar con los recursos que puedan asegurar una educación de calidad y siendo atacadas de manera directa por varios sectores, siguen en funcionamiento y se van destacando. La concepción de universidad de puertas abiertas para el pueblo hoy más que nunca es urgente recuperarla.
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