Una breve historia.
Los empleados públicos al finalizar su trabajo reciben un incentivo jubilar, un derecho establecido hace muchos años, pero menos al magisterio, que ha laborado en la selva y la montaña, en la frontera y las ciudades, en beneficio de la niñez y juventud ecuatorianas. Fue en el 2008, cuando la organización de los maestros, la Unión Nacional de Educadores, con Mery Zamora como Presidenta y mediante una huelga de hambre en Montecristi y en algunas ciudades del país, conjuntamente con la acción consecuente de los asambleístas de ese entonces como Jorge Escala, se alcanzó el reconocimiento de este derecho para los maestros, establecido en la Vigésima Primera Transitoria de la Constitución.
Las vicisitudes de este derecho.
El gobierno de Correa les entregó a los maestros jubilados en los años 2008, 2009 y 2010 solamente una parte de su derecho. Al finalizar el gobierno de Correa, el Ministerio del Trabajo estableció el Acuerdo 094, que obligaba a los maestros a jubilarse a los 70 años de edad para recibir el incentivo jubilar. Con la lucha, encabezada por el compañero Alfonso Yánez con la Coordinadora Nacional de Maestros Jubilados del Ecuador, se logró la derogatoria de este fatídico Acuerdo. El gobierno de Lenin Moreno se inventó las jubilaciones “voluntarias” y “obligatorias”, con las cuales, si bien no se renunciaba al incentivo jubilar, sin embargo recibían en efectivo a los 70 años y en bonos de 60 a 70 años.
El negociado de los bonos
Los maestros jubilados, desde que se establecieron los pagos por medio de bonos, queríamos pensar que el Estado nos entregaba “papeles”, para poder negociarlos, según nuestro interés, o dejarlos en el Banco Central para percibir intereses hasta cumplir los 70 años de edad y recibir el capital completo del incentivo jubilar que nos merecemos. Sin embargo, en esta sociedad capitalista los bonos deben ser negociados a través de las Casas de Valores, así se inventaron sus leyes, creando grandes ganancias a estas empresas bursátiles.
Los gobiernos de turno han beneficiado a la banca y las financieras, sino recordemos la última famosa “ley humanitaria”, que señala dar oportunidad para que los deudores de la banca difieran sus pagos prorrateados en los siguientes meses, cualquiera diría las “bondades” de la banca, claro que prorratean a varios meses, pero aumenta las ganancias de la banca, el deudor tiene que pagar por lo mínimo tres mil dólares más.
Es entonces que las denominadas negociaciones bursátiles, es decir, a través de los sistemas transaccionales de las bolsas de valores del país, únicamente se pueden realizar mediante el servicio de Intermediarios de Valores autorizados para el efecto, los cuales pueden ser las Casas de Valores y los Operadores Públicos debidamente calificados, por lo tanto, para transarlos por cuenta propia o de terceros, recae únicamente en los intermediarios de valores, que para efectos de la legislación bursátil, son las Casas de Valores; para ello es necesario citar lo dispuesto en el último inciso del Art. 4 de la Ley de Mercado de Valores, incorporada como Libro 2 del Código Orgánico Monetario y Financiero, que dice: “Son intermediarios de valores únicamente las casas de valores, las que podrán negociar en dichos mercados por cuenta de terceros o por cuenta propia, de acuerdo a las normas que expida la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera.”
La exigencia del magisterio jubilado.
Todo este sistema ha llevado a que las Casas de Valores, como buitres tras sus presas, en el momento actual buscan a como dé lugar lucrar a costa del sacrificio, sudor, lágrimas y la vida de los maestros jubilados, ofreciéndoles el oro y el moro, con la anuencia de funcionarios de los Ministerios de Finanzas, Educación y Trabajo, cuando en los Distritos promueven a tal o cual Casa de Valores, incluso sembrando el desconcierto y la división en el magisterio jubilado, porque los maestros jubilados desde los años 2008 al 2018 se sienten discriminados, creyendo que se les va a pagar a los compañeros del año 2019, que tienen derecho por supuesto, pero dejándoles a un lado a las anteriores promociones de jubilados. Pero no van lograr dividirnos, los maestros somos solidarios y exigimos el pago a todos los maestros jubilados desde el 2008 al 2020.
Por tal razón es necesario pensar bien en la próxima contienda electoral, para no votar por los chulqueros banqueros y de las financieras, tampoco por los corruptos de la última década. Debemos ir maestros a la Asamblea para establecer las leyes en beneficio del pueblo, conjuntamente con Yaku Pérez en la Presidencia. Sólo el pueblo salva al pueblo.
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