Por acá, como nos llaman los de allá. Si, nosotros los occidentales o americanos, tenemos la costumbre de interpretar de forma vaga y sin fundamento, elementos característicos de ciertas regiones como: Europa, Asia y Oriente Medio.
Por ejemplo, si hablamos de mercancía: “si es chino es malo, si es alemán es de respeto, si es japonés, más respeto”. Si es chino, pero estamos hablando en la arena deportiva, los “chinitos” son ¡excelentes! (incluso solemos llamar chinitos a toda persona con los ojos rasgados). Si hablamos de Rusia, relacionamos con el vodka, circos y con la canción que el DJ pone antes que termine la farra (polka). Para seguir ejemplificando, cuando el interés es tecnológico depende mucho qué tipo de artefacto está en discusión, iMac es de lo mejor, si es un televisor gringo, no tiene ni punto de comparación con un japonés, un sistema japonés de audio y video está por encima de cualquier tecnología; y así pasamos creando falsos pronósticos y testimonios con base en experiencias débiles subjetivas.
Por su puesto, éstas cómodas definiciones no alteran, o muy poco, la relación en nuestra vida. En el caso de que estas inclinaciones, poco fundamentadas, habiten dinámicas culturales, o simbología propia de una nación, los resultados pueden ser diferentes y con seguridad, afecten susceptibilidades que progresen en ofensas de tipo xenofóbico. Nuestra historia nos puede recordar que, revoluciones, conmoción social y hasta guerras han influido por malas interpretaciones de este tipo.
Razones por las cuales este artículo -que no es un avance científico- sino un cúmulo de opiniones, quiero contribuir a desenredar confusiones y mal interpretaciones con el propósito de acercarnos a la verdad, que debe ser la base que nos motive para cualquier actividad, ya que últimamente hemos visto como las redes sociales se han llenado de fotos, memes, comentarios sobre los acontecimientos en Afganistán.
Cada vez que nombramos algún país de Medio Oriente o Gran Oriente próximo, y que además su terminación sea en “tan”, como: Turkmenistán, Uzbekistán, Pakistán y ahora ultimo Afganistán, las imágenes que asocia nuestra mente es de: guerra, hombres con barbas espesas y largas, armamento bélico y todo ese combo de terror que hemos visto en los noticieros desde niños. Ahora bien, esta desatinada asociación de imágenes de terror no es una casualidad o una costumbre expuesta, es también una intencionalidad propagandística por parte de Estados centrales, que intenta representar a esta región como una de zona hostil. Sería como una estrategia crear esta narrativa de muerte para legitimar, si es el caso, una invasión militar.
Así lo afirmaba Antonio Gramsci, denominando a este grupo de acciones como: “Hegemonía cultural” (tema que recomiendo enormemente estudiar para entender la dependencia que proporciona la clase dominante sobre la clase trabajadora en relación a ilusiones ideológicas.
Ahora mismo, la discusión dominante en redes sociales, es sobre la retirada de las tropas militares por parte de los E.E. U.U., de tierras afganas. Y las repercusiones que esta acción puede conllevar por parte de los Talibanes en contra de las mujeres y niños.
Imágenes como estas recorren el mundo, donde la intencionalidad del mensaje es que los fanáticos extremistas, al llegar al poder, anularán a la mujer, restringiendo sus derechos, los cuales – supuestamente- habían adquirido en gobiernos anteriores, gobiernos respaldados por los E.E U.U. y los soviéticos. Se espera que después de la salida del ejército yanqui, los talibanes se apropien del poder y gobiernen al pueblo de Afganistán, retomando prácticas extremistas de la ley islámica (Shaira), que fueron desarrolladas antes de la llega de los E.E U.U., como ya sucedió en 1988 con la salida de los soviéticos.
El objetivo principal de este artículo es solventar una ayuda a las dudas y esclarecer otras, pues considero que uno de los elementos que ahondan perjudicialmente en el conflicto es el desconocimiento y la tergiversación de los hechos.
Ahora bien, en los últimos días hemos estado familiarizados con palabras como: Talibán, Burka, yihad, islam, Sharia, hijab, extremista, etc., conceptos y definiciones que muy poco conocemos, y que como lo hemos venido advirtiendo, replicar información y memes sin una adecuada información, lo único que contribuyen es a estigmatizar elementos culturales ocultando las verdaderas raíces del conflicto.
Por consiguiente, como un elemento fundamental de iniciación para el entendimiento del conflicto afgano, es que su raíz beligerante no inicia en desacuerdos religiosos, como se cree; su real disputa está en los beneficios económicos que puede brindar su posición geográfica. Afganistán se encuentra en una zona privilegiada geográficamente. Este beneficio seria una entrada directa a Asia central y Asia baja, factor que puede privilegiar la construcción de un gaseoducto y oleoducto que contribuirían a grandes beneficios económicos; es decir, el conflicto es económico inicialmente. Por su puesto, que a partir de este gran interés por potencias mundiales se han desencadenado otras dinámicas conflictivas como la geopolítica, la religión que agravan más el problema.
Por ser un punto geopolítico estratégico, varios países del mundo tienen intereses en este pedazo de tierra, es así que Rusia por la década de los 80 impuso su fuerza militar y se apropió de dicho territorio, ocasionando un éxodo, especialmente de niños, mujeres y ancianos. La gran mayoría se desplazaron a Pakistán, país fronterizo de Afganistán. Los hombres en su gran mayoría campesinos y agricultores llamados Muyahidines, se quedaron en su territorio para combatir al ejército soviético. Los Muyahidines tenían armamento antiguo y escaso, en consecuencia y al encontrarse en plena guerra fría, los E.E. U.U. apoyaron con armamento bélico; consiguiendo que los rusos abandonen el territorio. Pero, el armamento donado no fue suficiente, factores como su geografía rural montañosa, imposibilitaba el acceso de vehículos y tanques de guerra, los Muyahidines aprovechaban estos espacios para camuflarse; los aviones rusos a posicionar un ataque efectivo, adicionalmente, en las ciudades los combatientes Muyahidines se mezclaban entre la gente, lo cual era casi imposible reconocer quien era un Muyahidin de guerra y quien era un Muyahidin civil o campesino.
Antes de la retirada, el ejército soviético, optó por estrategias de guerra atroces. Se instalaron miles de minas en todo el territorio rural afgano, haciendo que los pedazos de tierra vírgenes sean privilegiados, se atacó a campos de cosecha y ganado, pusieron en práctica la “mina de juguete”, artefacto bélico que atraía a los niños, al explotar no los mataba, pero si mutilaba sus extremidades. El objetivo era que los habitantes de las zonas montañosas se aterroricen de estos ataques y se trasladen a las ciudades, o se aglomeren en zonas donde eran objetivos fáciles para la arremetida de los aviones de guerra. Esto no fue suficiente para apoderarse del pueblo afgano, el ejército soviético en 1988 empieza su retirada de Afganistán.
Los combatientes Muyahidines, que eran un conglomerado de varias aristas del islam y pertenecientes a distintas etnias, a partir de la salida del ejército soviético empezaron a arrebatarse su propio territorio. Al no existir un liderazgo fuerte, desencadenó una nueva guerra, la guerra civil afgana. Es decir, después de veinte años de guerra contra el ejército soviético; las balas y la sangre continuaba.
Para ir dilucidando la conformación de esta estructura de agresiones guerra y sangre, es necesario aplicar a una línea de tiempo. Retomando, ¿Recuerdas los niños que salieron con sus mamas, huyendo de la invasión soviética? Estos niños al llegar a Paquistán fueron acogidos por escuelas llamadas Madrasas; establecimientos islámicos donde se adoctrinaba con clérigos sobre el islam. Cerca de 200 mil niños fueron reclutados en estas escuelas, alejados de todo tipo de información externa, se les proporcionó habilidades de combate, además adquirieron un sentido de normalidad y expectativa de futuro.
El término “Talibán” en lengua árabe es el plural de estudiantes. Estos niños al crecer continuaron denominados como estudiantes, es decir Talibanes. Las Madrasas eran solventadas económicamente por varios tutores, entre estos estaba un movimiento denominado ISI, movimiento que se convirtió en el principal aportador de recursos, este movimiento recibía aportaciones económicas de E.E. U.U. y Arabia Saudita. Las aportaciones eran cuantiosas, lo que impulsaba a los diferentes grupos de Talibanes a esforzarse más por sobresalir. Su estrategia fue alegando que, su “causa santa”, su fe, es más extrita que el resto; es por esto que ahora grupos de talibanes son extremos en sus reglas y castigos, al punto que incluso, traspasan las leyes del Coram, libro donde están las enseñanzas del islam.
Los Talibanes influenciados por ISI, económica e ideológicamente, conformaron un ejército, con la finalidad de rescatar a Afganistán de la guerra civil que se disputaba entre los Muyahidines. Al llegar a tierras afganas en 1994, el ejército Talibán obtuvo un respaldo inmediato por la población civil; la guerra civil entre agricultores y campesinos denominados Muyahidines, carecían de un liderazgo visible y fuerte. Poco a poco desviaron sus intenciones nacionalistas desatando actos de corrupción, extorción y todo tipo de trasgresiones. Los Talibanes actuando de forma apresurada y severa y contando con la legitimación del pueblo afgano, impusieron sus castigos extremos, mutilando las manos a ladrones, ahorcaron a violadores y encarcelaron a todo aquel que de alguna manera había cometido actos que ellos establecían como violación a sus creencias ideológicas.
Al tomar posesión de la mayoría del territorio afgano en 1996, los Talibanes abrieron las fronteras, principalmente con Pakistán y su principal acción hacia la población fue el ejercicio estricto de la Sharia (mandamientos islámicos de Alá a la conducta humana).
Por otro lado, en el año 1998, un grupo marginal Árabe afgano, declara la guerra a E.E. U.U., el grupo denominado Al Qaeda, que su traducción sería “La Base”; tenía como líder a Osama Bin Laden, multimillonario de origen Saudi, estudiante de religión y ciencias económicas. Mediante su movimiento, reclutó a Muyahidies, conformando un ejército considerable y que luego se adhirieron a grupos extremistas talibanes. Existe información que no ha sido verificada con exactitud, pero supuestamente este grupo fue apoyada y adoctrinado de estrategia bélica por parte de la CIA.
Después de los ataques del 11 de septiembre en el 2001 por parte de la red Al Qaeda, comandada por Osama Bin Laden, los E.E. U.U. solicitaron a los líderes talibanes la entrega inmediata de dicho terrorista, de lo contrario atacarían Afganistán. Los talibanes se negaron al pedido de Washington, poco tiempo después, Afganistán nuevamente estaba irrumpida, pero esta vez, por tropas yanquis.
Los talibanes desaparecieron rápidamente del poder, no solo, por todo el aparataje bélico que E.E. U.U. utilizó, sino también, por el descontento de la población civil. La rigidez de sus leyes y castigos, violación a derechos humanos especialmente a mujeres y su poca legitimidad en el poder, fue aminorando su credibilidad frente a los afganos.
Muchos talibanes se regresaron a Pakistán, otros a las montañas y el resto se disimulo entre la población.
Estados Unidos instauró un nuevo Estado, el rescate de la democracia y la libertad, era su justificación ante los organismos internacionales y la comunidad en general, aunque, como se ha explicado en este análisis, la situación geográfica y el interés económico que puede representar Afganistán era su principal motivación.
Después de 20 años y varias negociaciones fallidas, E.E. U.U. decide retirar sus tropas; alegando que es una guerra innecesaria. Claro, si revisamos el costo que tiene que solventar el gobierno de E.E. U.U. es bastante alto, mantener una guerra contra los extremistas Talibanes, Al Qaeda y demás etnias e insurgentes, se estima que E.E. U.U., ha gastado al rededor de 2 billones de dólares, inversión que pudo haber tenido un destino social en políticas públicas en su país.
Para concluir quisiera aclarar cosas que no se toparon en el texto. El islam no tiene que ser visto como un equivalente de abuso y muerte, el islam al igual que otras religiones tiene sus seguidores de todo tipo: buenas y malas personas; en el caso de los Talibanes han llevado su religión a un extremo inaceptable, pero eso no quiere decir que todo islamita tenga el mismo proceder. El islam no se establece en una zona geográfica en particular, existen islamitas en todas partes del mundo; así como hay católicos o cristianos en todos los continentes. El lugar geográfico y la religión no van de la mano. También es necesario aclarar que países islamitas no son sinónimo de pobreza, existen zonas como: Irak, Irán, Emiratos Árabes, Dubái, donde son ejemplos de abundancia y riqueza. Y una de las razones más importante que motivó a escribir el artículo es que el islam posee varias leyes a favor de la mujer como: salud y educación gratis, no esta prohibido el trabajo, ni tampoco son obligadas a casarse. Te invito a que investigues los beneficios, son muchos y variados.
Invito también a revisar nuestra cosmovisión, en nuestra cultura y creencias; los “occidentales” también invisibilizamos a la mujer desde niñas, prácticas en el hogar y las escuelas que minimizan su participación en la sociedad; en las grandes urbes el abuso laboral, el feminicidio, la pedofilia etc., son una constante; en el área rural la mujer es esclaviza y obligada horarios excesivos de trabajo no solo por su patrono, sino también por parte de su esposo, son obligadas a embarazarse y permanecer en el analfabetismo. Lo mas desalentador es que no se avizora un cambio, por el contrario, las cifras siguen en aumento.
Lo que he intentado hacer, es un recorrido histórico para tener una idea más aproximada a la verdad, estoy seguro que a este artículo le pueden faltar datos, conceptos y definiciones; no obstante, la información que he brindado no ha sido basada en fuentes escuetas. Espero que este artículo impulse a seguir indagando sobre el tema. Estoy convencido que el pensamiento crítico es la dinámica correcta para una información que aporte a la sociedad.
¿Qué le espera al pueblo afgano?, es incierto. Probablemente ahora el turno sea de los “chinos” invadir y apoderarse del gobierno afgano. Lo ideal, seria equilibrado que el mundo apoye a que los afganos decidan qué quieren hacer, y que su decisión sea autónoma en beneficio de su pueblo. Los organismos internacionales deberían interferir para evitar que grupos extremistas desarrollen prácticas opresivas en contra de su pueblo.
Ahora que tenemos toda la información con click, es responsabilidad nuestra la divulgación errónea de memes, o fuentes poco objetivas que no contribuyen en nada y que solo agravan el problema. Una información equilibrada fortalecerá la verdad y la verdad nos conducirá a la libertad.
- Un poquito de verdad, entre tanta mentira - septiembre 6, 2021
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