La muerte de Edwin Aguirre Baquero fraternalmente identificado con la militancia revolucionaria por su accionar y aportes ideológicos, políticos y organizativos que reconocen haber recibido quienes trabajaron y lucharon junto a él desde que fue dirigente de “la Jota” luego del MPD, en la actividad barrial, en la UP2 y hasta los últimos momentos de su accionar práctico directo, fraternalmente identificado como “Pepelo”, nos ha afectado sensible, profundamente porque fue alguien continuo, permanente, cotidiano y a la vez siempre rebosante de una estatura moral, ideológica, política auténticamente revolucionaria frente a tanta farsa, hipocresía, demagogia y cinismo anti revolucionarios.
“Pepelo” representa más: A una generación que creció con el desde que era joven, “desde muchacho”, participando a la cabeza integrando las marchas y movilizaciones resultado de un persistente, continuo bregar porque la gente sencilla y trabajadora cuya bandera la portan los hijos e hijas de los trabajadores de nuestras ciudades y campos desde las aulas de los colegios, universidades, barrios populares, sindicatos, organizaciones campesinas, comerciantes minoristas, etc.
La juventud natural no solo es una fuerza generacional sino una fuerza política, ideológica, cultural inderrotable cuya sensibilidad es poderosa e inextinguible, que, teniendo mayor ímpetu práctico y teórico durante la juventud natural, no deja de crecer sino madura, se califica con los años si se mantiene el fuego interior combatiente que tuvo hasta el fin de sus días sobre la tierra viva nuestro inolvidable “Pepelo”.
De ello era consciente Edwin Aguirre y, como todo ser humano noble afirmado en una posición de clase junto a los oprimidos de la tierra, a ello apuntó al formar su familia; vio en sus hijos, Enver y Camila Aguirre, la continuidad que debía ser impetuosa, profusa, dinámica, porvenirista, para continuar con nuestros sueños realizables, con nuestros ideales puestos en práctica bajo la guía de la teoría revolucionaria cuando ocurre el inevitable deceso de un líder revolucionario que por supuesto vive, participa como un intenso agitador y propagandista en todos los momentos que van atesorando una vida consciente con los derechos a la libertad de los trabajadores: Los iniciales encuentros con cientos, miles de jóvenes de su generación durante las batallas en plazas, calles, compartiendo la braveza, la heroicidad, las increíbles hazañas que crean los jóvenes combatientes de ambos sexos durante las cuales se forja no solamente una fuerza que va construyendo una cultura nueva exaltada por los maestros y maestras democráticos, patriotas, consecuentes con la verdad histórica irrefutable pincelada por Montalvo y por tantos artífices de la cultura y el arte liberadores y afianzada, enriquecida en la valerosa, centelleante, llena de ese fuego increíble, vivaz, sencillo y a la vez lleno de la hoguera histórica en que se fraguan las batallas de clase que se reviven en páginas de novelas como “La Madre”, en los poemas de Miguel Hernández, en los vigorosos pincelazos político-artístico de Brecht, del Rafico Larrea, en los cuentos de Murriagui y sobre todo en la sencilla y profunda teoría revolucionaria compartida con “los compañeros y compañeras”, con los “jóvenes militantes” cuya palabra, cuya idea, cuya praxis colectiva e individual desprendida del aporte intenso de todos forja y desarrolla al colectivo, es, debe ser siempre candela viva, animoso agitar que enciende y propulsa tras prender en las cajas torácicas, en la mente arrebolada de la juventud combatiente, la fuerza dirigente para echar abajo aquello que no es una palabra sino una realidad antisocial, antihumana, generadora de la injusticia, de la miseria social, del hambre y la muerte, ahora multiplicada por la actual crisis cíclica y por la pandemia: El capitalismo, el imperialismo, ligados, manipulados a través de gobiernos antipatrias y antipopulares para enviar a la muerte y hundir en mayor miseria y desempleo a los padres de esos jóvenes que anhelan, sueñan y pelean por una auténtica liberación material y espiritual, popular y social de clase.
Por ello el querido y altivo “Pepelo” Aguirre era como debe ser todo joven natural, todo combatiente maduro, templado, veterano: siempre jóvenes por su consecuencia con las ideas y la praxis revolucionaria: Un incansable propagandista.
A ello, aunque parezca exagerado, es que luego de cumplir un persistente e inobjetable papel teórico y práctico durante sus años más activos en la vida política revolucionaria: Durante los últimos años de su vida atizó, motivo, introdujo con profundo pasión y conciencia “Edwin Aguirre: “El Pepelo”
De pronto -al revisar la web- aparecían alusiones con imágenes de cuatro niños pintando la efigie de Stalin mientras se desarrollaba una gran concentración obrera, campesina y popular eludiendo con vigilancia la represión zarista con el titular: “No será la burguesía liberal sino el campesinado los aliados de la revolución social”; o la imagen de Agustín Farabundo Martí, dirigente revolucionario antiimperialista fusilado por la reacción: detallando su ejemplo y trascendencia histórica, haciéndonos recordar su consecuencia popular, libertaria, indo americanista; o un poema de Khalil Gibran, filósofo y poeta del Líbano:
Tus hijos no son tus hijos
Son hijos e hijas de la vida
Deseosa de sí misma
No vienen de ti sino a través de ti
Y aunque estén contigo,
No te pertenecen
Tu eres el arco del cual tus hijos
Como flechas vivas son lanzadas:
Deja que la inclinación
En tu mano de arquero
Sea para la felicidad
O refrescándonos con imágenes la epopeya del Ejército Rojo en la batalla de Stalingrado; o el papel, la obra de Nadia Kruskaya en la educación de las nuevas generaciones durante la construcción del socialismo en la URSS; o el destaque del extraordinario aporte como agitador y propagandista de Jaime Hurtado en el Parlamento; la poética y la obra estética de Rafael Larrea; en fin, muchas y muy vibrantes imágenes con textos bien concebidos, adecuadamente aplicados, de personajes, momentos históricos revolucionarios, que, en el marasmo ideológico montado por esa canallesca, falsaria podredumbre pseudo teórica, ideológica y política del reformismo latinoamericano del falso “socialismo del siglo XXI” utilizado por la derecha y la intelectualidad ultra reaccionaria para atacar y deformar al auténtico socialismo de los trabajadores que se libra hoy en forma de una persistente campaña anti revolucionaria que tanto daño hace a los obreros, a los pueblos, a las juventudes, dentro de las cuales juegan tan importante, revolucionariamente bello y vigoroso papel las jóvenes mujeres.
Esos pincelazos e imágenes históricas revolucionarias eran como agua fresca, como un bálsamo curador del espíritu noble y sano que debemos construir a diario y para el cual debemos trabajar y luchar, enseñándolo, multiplicándolo.
Edwin Aguirre, “Pepelo”, era un enlace entre aquellas generaciones de los Milton Reyes, Washo Álvarez -El Hochi-, Rafico Larrea -el poeta-, Rosita Paredes, Jorge Tinoco, Jaime Hurtado, Alfonso Yánez y tantos y tantos combatientes y héroes entregados a los combates liberadores que lamentamos omitir con grandes disculpas por espacio: objetivos estratégicos que requieren ser mejor trabajados para lograr materializarlos históricamente acudiendo a todas las formas de combate entre ellas la agitación, la propaganda, la difusión de la viva teoría revolucionaria aplicada creativamente por todos los medios en nuestras tierras populares de la Mitad del Mundo por las nuevas generaciones de combatientes de ambos sexos provenientes de las canteras de los trabajadores, los campesinos, las juventudes, los pueblos de nuestro Ecuador plurinacional y multicultural: En ello se mantuvo a la vanguardia siempre “El Pepelo” y debemos tenerlo siempre presente para emularlo reafirmando siempre no perder de vista los sueños realizables contenidos en la praxis cotidiana consecuente, creadora, multiplicadora.
Ha sido tan sentida la muerte de “Pepelo”, Edwin Aguirre, que bien caben estos sentidos pincelazos para recordarnos que su ejemplo, sus sueños, su mirada, la textura de su rostro rozagante y altivo, su espíritu y su pensamiento siempre marchando al unísono con la nueva cultura revolucionaria auténticamente socialista deben llenarnos íntegramente para realizar una praxis hermosa y mejor calificada.
Nos deja como legado de sangre, de pensamiento y de praxis combatiente a sus hijos, Camila y Enver Aguirre y a sus inolvidables compañeros y compañeras de armas, que, con tanta emoción, fuerza y cariño fraternos, revolucionarios, lo recuerdan, lo recordamos, para afirmar bajo las complejas circunstancias históricas que atraviesan los trabajadores y los pueblos en el mundo capitalista; por las complejas circunstancias que atravesamos en nuestras queridas y combatientes tierras populares de la Mitad del Mundo: Un claro norte, táctico y estratégico que siempre nos recordó con su ejemplo y sus pincelazos políticos y poéticos revolucionarios nuestro inolvidable camarada Edwin Aguirre Baquero -“Pepelo”-.
Qué su dolorosa partida agite con mayor entusiasmo, conciencia, creatividad, nuestra cotidiana praxis revolucionaria en nuestras cajas torácicas libertarias.
- Trasnacionales de Canadá y crisis energética - mayo 3, 2024
- El papa no puede pedir perdón e irse - julio 29, 2022
- Multimillonario con fraudulenta carcaza de “presidente” - enero 24, 2022
Deja una respuesta