Por: Ushku Chukuri
Años atrás al 12 de octubre lo llamaban el día de la raza, del descubrimiento de América, luego comenzaron a denominarlo como el día del encuentro de dos mundos, de esta forma se recordaba la llegada de Colón a estas tierras.
Para nosotros los indígenas realmente era un día más del calendario, y para los que tuvimos acceso a los estudios era una fecha lamentable y triste por todo lo que significó la conquista.
Pero este 12 de octubre de 2019 fue muy especial, indígenas de diferentes nacionalidades y pueblos y de distintas provincias llegamos a Quito a protestar en contra del Gobierno por el decreto presidencial 883 con el cual se eliminaba el subsidio a la gasolina ya que esto nos afectaba con dureza así como también a la población de escasos recursos económicos del país.
Previo, posterior y el mismo 12 de octubre fueron días críticos, dramáticos, la fuerza pública actuó con saña y alevosía, tal vez según aquellos querían darnos una lección, querían mantener el orden con la dureza que se tiene que actuar, y castigarnos como se tiene que castigar, golpearnos con el puño cerrado en el plexo mortalmente, ¿esa era la consigna? Pues lo que se vio es que poco o nada les importó la presencia de ancianos, mujeres y niños, tan brutal fue que cayeron algunos indígenas, pero esas muertes no nos amilanó más bien incrementó nuestra fuerza y coraje. La explosión de las bombas lacrimógenas y los disparos de los perdigones en lo profundo nos hacían recordar el sonido de los arcabuces de la conquista. Soportamos el embate feroz, no podía ser de otra forma, si vamos 527 años resistiendo.
Pero lo más especial fue el despertar de un sujeto pasivo de otras manifestaciones, hoy fueron parte activa, hablo de LAS WARMIS (Warmi palabra quichua que se traduce como mujer), fue espectacular verlas en primera fila de las marchas enfrentándose a la fuerza pública con altivez, arengando a los manifestantes, aprendiendo a soportar las bombas lacrimógenas, a esquivar los perdigones, asistiendo a los heridos, organizando los sitios de acogida para el descanso, preparando los alimentos, cuidando a los niños. Loor a LAS WARMIS, puntales de estos 527 años de resistencia. ¡TUKUY SHUNKUWAN PAGUI!
A sangre y fuego quisieron imponer el decreto presidencial 883, pero el ímpetu, la valentía, el esfuerzo, el denuedo indígena no lo permitió. Fue fortificante saber que se derogaba dicho decreto. Si, este 12 de octubre de 2019 lo recordaremos a lo largo del tiempo.
Finalmente vale recalcar que en este enfrentamiento “los del páramo” ya no cumplimos el papel de animadores, ahora fuimos protagonistas de la protesta. ¡SHUK PUNCHKAMAN!
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