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Por: Omar Palacios

Fotografía: Rupturas

 “Pensó que me amarraría”

 

Escondido, en busca de un lugar donde los rayos del sol no llegan, ahí encontramos a Mauricio Burbano, quien desde hace 8 meses presta sus servicios como agente de seguridad en la urbanización Los portales de la Magdalena. En mi situación de estudiante y trabajador es difícil que no me sienta cansado e inconforme, expresa él, al observarlo sentado y con sueño. Bosteza y apenado cuenta lo que para él sería la trágica historia que marcó su vida.

 

Comenta entusiasta que desde los 17 años trabaja en lo que le salga, en un inicio como ayudante de bodega, para años más tarde haberse convertido en ejecutivo de ventas. En el año 2009 y a sus 21 años, después de su jornada laboral, una noche de sexo y lujuria cambiaría su realidad.

Sabía su nombre y que era amiga de mi media prima, pero nunca pensé que se obsesionaría tanto conmigo, así inició su relato. Con enfado y cronológicamente, sin dejar ni un detalle de lado, recuerda todo lo que sucedió esa noche. Tomamos hasta perder la conciencia, y solo me acuerdo que tiramos como los dioses, ratifica Burbano.

 

 

Mauricio dice que al tiempo de un mes del suceso, empezó a recibir mensajes de amor y llamadas insistentes y que incluso su media prima lo llamó para pactar un nuevo encuentro, pero él no accedió, pese a que la pasamos muy bien en esa ocasión, yo no quería nada, esa pelada se embaló con migo y con las peladas máximo hasta par veces hay que darles, sino piensan que es matrimonio, afirma sonriente.

 

Mauricio comenta que pasaron unos cuatro meses desde aquél incidente y que las llamadas fueron incesantes, hasta que una tarde llegó a su domicilio la policía con una demanda por presunta violación y  embarazo de la víctima. Él fue detenido inmediatamente. Tras las declaraciones de ambas partes y ante la falta de pruebas contra él, fue liberado, sin embargo, el caso quedó para posteriores investigaciones.

 

Pero ese no fue el mayor de los males, comenta Burbano, después de la audiencia sí que quería mandarle al diablo, pero no podía ni acercarme, le dieron una boleta de auxilio y una orden de alejamiento, con la cual si intentaba solo acercarme iba detenido, afirma Mauricio.

 

Burbano dice que después de unos días todo iba bien nuevamente, se integró a su trabajo como guardia de seguridad, en el cual tuvo que rogar para que no lo botaran, ya que con ese antecedente no querían tenerlo en la urbanización, pero luego pudo cambiarse a otro sitio donde pudo laborar. No soy el único guardia que tiene juicios, otros tienen juicios de alimentos, algunos compañeros han sido acusados de cómplices de robos, estafas también, argumenta Mauricio.

 

Iván Delgado, Jefe de operaciones de la empresa de seguridad donde labora Mauricio, revela que el 25 por ciento de empleados en el área de seguridad privada tienen problemas como estos, pensiones alimenticias, investigaciones por robo, entre otras, según los informes emitidos por el departamento de recursos humanos de la institución.

 

Varias veces posteriores al juicio me volvió a llamar insistentemente, cambié de números, y de dirección, pero nuevamente volvió a tener mi número celular. Mi problema mayor fue que yo tenía esposa cuando pasó esto. Yo sí le amaba y me abandonó, afirma Mauricio.

 

Con un dolor profundo, que denota su rostro, tal vez del recuerdo que solo puede expresar su sacrificio, Mauricio resume su historia y ahonda sus gritos como un volcán que pretende explotar, si pudiera retroceder el tiempo desearía no haberle conocido nunca a esa puta, que pensó que me amarraría y que yo caería como cojudo por ella y al no poder, me jodió la vida, mi matrimonio y mi trabajo.

 

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Las Casas Oe3-128 (entre América y Antonio de Ulloa)

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ISSN 1390-6038

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