Movimiento Noviembre 15

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El Movimiento Cultural Noviembre 15 surge en una época de dictaduras militares de las más sangrientas y largas en la historia de nuestros países, que fueron los escenarios donde los derechos humanos eran conculcados, las libertades se esfumaron, la muerte estaba vigente, las lágrimas, el dolor y la indignación era lo colectivo.

Eran los famosos años 70 cuando el Imperio definía un modelo de gobierno útil para sus intereses: Ecuador 76-84 con el Consejo Supremo de Gobierno; Argentina  76-81 con Videla;   Chile 1973-1990 con  Pinochet.

Este movimiento cultural se va forjando en medio de un proyecto revolucionario, la solidez de sus lazos están en las concepciones políticas e ideológicas afines. Que se expresan también, en su estilo de vida, en su producción artística que cuestiona valores, costumbres culturales tradicionales que para ellos eran erróneas, monótonas y que consolidan una relación inequitativa entre los seres humanos.

Este movimiento recupera un pensamiento que trasciende fronteras, los cobija esa canción “la internacional” que es entonada con un fervor que expresa la interiorización de ese compromiso con la libertad para los oprimidos. Pero aterriza en la recuperación de lo nuestro, el pasillo, el san Juanito, la flauta, el tambor, el pingullo, el quichuismo en su producción literaria.

Los Noviembre 15 eran esa voz REBELDE que se asumía como parte de la Patria grande, el escenario América Latina, la controversia SUR-NORTE, la lucha contra el Imperio de los EEUU. Lo URGENTE la Libertad, la Justicia, la Independencia, la identidad.

Acudo a los versos de Alfonso Chávez de su poema Comarca    …. Verde y roca en movimiento/ América morena/ envidiada por moros y cristianos/ que te rodean, /te muerden,/que no te tienen cariño. América de flores. Rosa por reventar. (Poemario Canto de Vuelo Firme)

Para estos jóvenes intelectuales los problemas de América Latina eran los suyos, vivían en carne vida cada acontecimiento. Recuerdo la actitud ante los hechos que se sucedían en Chile tras la caída de Allende por el golpe militar de Pinochet, quien en las siguientes 24 horas después del golpe detenía a miles de activistas políticos para desarmar la resistencia y/o lucha contra esta dictadura. Marchas, mesas redondas, volantes, eventos culturales fueron formas de expresión de la indignación ante la violación de los derechos humanos.

Un acontecimiento simbólico que consterno profundamente a estos jóvenes radicales fue la muerte de Víctor Jara, el poeta chileno que con su voz y su palabra que motivo y conciencio a miles de seres humanos, incluso después de su muerte, recordemos sus versos escritos pocas horas antes de su muerte.

“En esta pequeña parte de la ciudad/ somos cinco mil/ Cuantos seremos en total? / en las ciudades y en todo el país/ sólo aquí/ diez mil manos siembran / y hacen andar las fábricas/ Cuanta humanidad/ con hambre, frío, pánico, dolor/ presión mortal, terror y locura”. VJ

Esas voces supuestamente acalladas se multiplicaron, se reprodujeron, se reconstruyeron topando la piel, la conciencia de miles de seres humanos  en América Latina que convertían en himnos los hermosos, tiernos, fuertes e interpelantes versos y melodías de estos luchadores/as como Víctor Jara.

Mi primer acercamiento al Movimiento Cultural Noviembre 15 me permitió entender una visión diferente de todo lo que había “aprendido” sobre la parte creativa del artista. Esa visión colegial de ese ser superdotado, iluminado, que nace y se aísla para poder producir, desapareció. Encontré que ese ser humano se nutre de lo colectivo, se asume como un SER SOCIAL para convertirse en esa conciencia colectiva, indispensable, necesaria, fundamental para ser parte de reconstruir y humanizar este mundo.

Los cambios no pueden implementarse desde la individualidad, “…imposible, imposible”; lo reiteraban. Ya no podías ser tu voz, tenías que ser la voz de todos/as los/as oprimidos. De todos aquellos a quienes les habían negado o arrebatado esa voz. Todos como un puño, para golpear más fuerte, para que esas voces retumben y se conviertan en verdaderos huracanes que derriben los muros que impiden ver ese sol radiante de la libertad.

Acudo a los versos del poeta Rafael Larrea ….ámenme lo mismo,/porque soy tú,/y tú eres nosotros,/y más que todo eso,/todos somos de abajo,/del piso mismo,/de la tabla que habla,
de la hierba que mastica viento,/carihuairazo, palenque, pelo de choclo, sicce,/
de origen humano, animal, vegetal, mineral, /de origen real, telúrico, grandioso/yo soy este otro,/estetico,/eso mismo.  Tomado de su poemario Campanas de bronce)

Estos artistas del Noviembre 15 eran tan gregarios, una familia tan entrelazada, que quien abandonada este escenario realmente se convertía en un huérfano.

Tuve la suerte de asistir a innumerables tertulias, para encontrar en ellos un COMPROMISO con la vida, con el ser humano, con las raíces latinoamericanas, con esos seres fundamentales para sostener el mundo pero sin presencia en las decisiones de nuestros países. Estos creadores tenían la palabra, la guitarra, el pincel para evidenciar ese mundo olvidado, postergado, negado de su derecho a ser; y, convertirse en ese gran fusil libertario.

Esta hermosa tarea de crear no era para la satisfacción individual, era la pólvora que contribuiría a generar una explosión que elimine a quienes impiden la dignidad de la vida de los pobres de esta tierra. Por lo tanto, la prioridad no estaba en el desarrollo personal, todo esfuerzo era insuficiente para mover como ellos dirían “el carro de la historia”. Me viene a la mente esa voz ronca, fuerte, retumbante de Mercedes Sosa “todas las voces todas…

Este compromiso se expresa en una decisión consiente sustentada en un pensamiento ideológico, político de izquierda; que marca la ruta de todos los se comprometían con ella.

Era una visión más integral para entender y proponer alternativas ante los problemas, ahora veo con preocupación esa tendencia de fraccionamiento que nos divide, nos aisla, nos confronta. Mirando el árbol pero no el bosque.

Voy a mencionar algunos nombres de los creadores que tuve la oportunidad de conocer; cabe mencionar que hay otros nombres que antecedieron a los que mencionare. Escritores Rafael Larrea, Ivan Oñate, Javier Ponce, Alfonso Murriagui, Holguer Córdova, Juan Ruales, Alfonso Chávez. Ese grupo de música andina inolvidable para mi “Noviembre 15” con las voces de Salomón Poveda, Agustín Ramón, Augusto Dueñas, el grupo de Música Chumichasqui. Taller la Huella los pintores Fredy Mejía , Alberto Carcelen, Edy Crespo, Fernando Vizuete, del grupo de teatro Paquito Borja. Como es de esperar por distintos motivos algunos de ellos se separaron o viajaron a otras ciudades donde trabajaron por armar este movimiento cultural y/o incidir con ese pensamiento cultural alternativo en los espacios donde incursionaban. Esto permitió que se involucraran nuevos/as creadores/as que tomaban la posta y el relevo para continuar por esta vía trazada. Pienso en los escritores Pablo Yépez, Diego Velasco, en los músicos Gustavo Lobato, Bernarda Salas, Julián Pontón, Schubert Ganchoso. Pido disculpas, nombrar tiene un riesgo muy alto, porque usualmente se quedan nombres que fueron parte importante de este Movimiento.

Estos creadores en su trayecto fueron trabajando en cada una de sus áreas, logrando identidad individual. Muchos de ellos han trascendido internacionalmente y cuentan con varios libros publicados, cuadros que han sido parte de exposiciones colectivas e individuales, creaciones musicales que han participado en eventos internacionales. Cuentan con premios y reconocimientos a la madurez en su producción.

Encontré PASION en sus miradas, en sus voces, en su corazón y en cada uno de sus emprendimientos. Esa pasión era contagiosa, te involucrabas sin darte cuenta, pasabas a ser parte de un nuevo reto, una nueva tarea o una nueva locura; donde los recursos materiales escaseaban para publicar un libro, poner al aire un nuevo disco, realizar una exposición o montar una tarima donde todo ese proceso creativo era presentado en un barrio, en una comuna, o en el seno de una organización. Dedicaban sus mejores esfuerzos para que los bienes culturales dejen de ser exclusivos de la elite y se conviertan “como el pan” para todos/as.

Entendí la fuerza de la palabra cuando tuve la oportunidad de conversar con un dirigente campesino de Chimborazo el compañero Betún. En medio de una conversación que mantuvimos me comentó  “-… estaba en la Plaza Roja en Riobamba, vendiendo helados, mire que había la presentación de un grupo de música Noviembre 15… me acerqué y estaban cantando una canción que nunca la olvidare… que la tortilla se vuelva.. que los pobres coman pan y los ricos mierda, mierda….; después de eso tome la decisión de ser parte de la lucha campesina por la tierra que ahora es nuestra….-“.

Surgían esos héroes populares, que entregaron sus vidas con un propósito, por una conquista colectiva, como por ejemplo Miltón Reyes un dirigente estudiantil que fue asesinado  por el gobierno de Velasco Ibarra, Pedro Celestino Paucar dirigente campesino en la gran lucha que se llevó adelante en Chimborazo, 13 haciendas tomadas simultáneamente.

O los versos de Juan Ruales para honrar la memoria de la maestra Rosa Paredes una mujer sencilla, una soñadora. “Rosita la lavandera, rosita la cocinera, Rosita flor de este canto de todo el pueblo bandera”, eran héroes diferentes porque surgían del pueblo, representaban a personas comunes que transitan en la calle cargados de esperanza, que labran la tierra, que manejan las máquinas de una fábrica; son esos seres que “no tienen nada que perder que no sean sus cadenas”

La MILITANCIA por las ideas, los sueños a conquistar, por el proyecto social eran los grandes motores del Movimiento Cultural Noviembre 15. Era la época donde la ideología tenía sentido y valor; era la época donde ese comportamiento “light” no tenía cabida. Esta decisión por abrazar el proyecto por la justicia determinaba un compromiso de vida, una reflexión desde lo micro que era tu propia existencia o su razón de ser, hasta lo macro que era el escenario donde la vida se desarrollaría teniendo como denominador común los derechos y la justicia.

Era la construcción de un nuevo ser humano donde la indiferencia no era posible, el dolor de los demás era suyo; donde los problemas económicos y políticos eran su preocupación. Pero la pregunta clave que se hacían y “tú que haces para cambiarlo”; entonces las palabras se convertían en el fúsil para matar el hambre, en obtener la tierra para quien la trabaja, el salario digno para aquella hormigas que mueven la producción para el consumo de todos/as.

No se veían como parte de esa burocracia de gobierno anquilosada, caduca, corrupta, indiferente e ineficiente; solo de pensarlo les producía urticaria. Marcaban líneas y grandes distancias con todo lo que representaba el Gobierno, porque su ruta era la creación de una propuesta nueva, que destruya las bases sobre las que sustentaba estos gobiernos opresores, títeres del imperio, incapaces de defender la soberanía nacional.

La TERNURA era una característica de estos personajes, los vi llegar hasta las lágrimas ante el dolor de los demás, cantaban al ser amado donde los sentimientos de amor estaban basados en ese compromiso social, era un canto a la compañera, a esa mujer valiente que era parte del sueño común por la patria libre.

Actualmente el Movimiento Cultural ha ido construyendo una estructura y se ha constituido en una organización nacional, la Unión Nacional de Artistas Populares, UNAP que mantiene esa VOZ REBELDE como ruta en su andar. Mientras haya injusticia esa voz estará vigente.

María Lima Garzón
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