¿Libertad o libertinaje en la juventud estudiantil?

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Se sabe que según pasan los años, los cambios están latentes en la vida del ser humano, esos cambios actualmente no surgen de manera espontánea, si hablamos en cambios en la sociedad y en especial en las políticas de Estado estos se encuentran regidos por instituciones gubernamentales, las cuales son los encargados de regularizar y promover el desarrollo de un país. En el caso de educación y sobretodo en las nuevas generaciones, el Ministerio de Educación es el encargado de la aplicación del currículo nacional y la aplicación de la LOEI. Pero, ¿qué está sucediendo con esas nuevas generaciones? ¿Qué sucede realmente en las Unidades Educativas? El cuestionarnos una y otra vez la transformación que se viene desarrollando, nos hace repensar el tipo de sociedad que se está construyendo y en la cual estamos inmersos.

En un principio, las instituciones educativas y las y los docentes se los miraba como un lugar y una autoridad digna de ser respetada, sitio en la que los estudiantes asistían cumpliendo todas las disposiciones establecidas por las instituciones. Además, se instruía al alumnado bajo la enseñanza de la “ética” y la importancia que tiene los valores en la sociedad, desde un saludo o levantarse del asiento cuando ingresaba alguna persona adulta al salón de clase, independientemente de quien fuera, ya era sinónimo de respeto. Así también, el permanecer bien formados en el minuto cívico y saber que es un momento digno de tener un buen comportamiento, ya se convertía en la creación de seres humanos con civismo hacia su patria. Por otro lado, la colaboración, compromiso y consideración del representante hacia el docente en situaciones en el que el menor infringía las normas de convivencia de la institución, son pequeños ejemplos del verdadero interés que se tenía por formar ciudadanos comprometidos con la sociedad.

Los cambios que se han generado hasta la actualidad van en función de proteger al alumnado,  por otro lado  se han vulnerado las normas de convivencia de las instituciones y los derechos del magisterio, tales como: el no poder requisar las mochilas porque “vulnera los derechos y la privacidad” de los menores; pero esa vulnerabilidad pone en peligro a las demás personas, el generar actas de compromiso que se convierten en un simple papel; donde el estudiante vuelve repetir su accionar, reinsertar al estudiante en la misma institución después de 15 días dejando un mensaje implícito de que no sucederá nada si se comete el mismo tipo de comportamiento; se habla de derechos, pero no de obligaciones en los estudiantes, convirtiéndose así en leyes o reformas que para la comunidad educativa es una camisa de fuerza donde no se puede proceder ante circunstancias en que el alumno violenta los derechos de otras personas y obstruye el buen funcionamiento de la Unidad Educativa.

Lo que antes en los establecimientos educativos se trataba de erradicar el bullying, prevernir el embarazo adolescente, evitar la deserción escolar o dar solución a la inclusión educativa, actualmente se suma un problema aún más grave la delincuencia dentro de las instituciones, se ha vuelto común encontrar en las redes sociales o en las plataformas oficiales, noticias y videos que se viralizan como: estudiantes teniendo riñas fuera o dentro de la institución, hallazgo de armas, machetes, cuchillos en las mochilas para amenazar a los docentes; que en el peor de los casos han salido heridos, asaltos dentro del aula, irrespeto hacia las autoridades, entre otros. Son hechos reales que suceden dentro de los establecimientos educativos y no por personas ajenas, sino por parte del mismo estudiante que no toma en cuenta el lugar en el que se encuentra, ni la precaución de quién está a su alrededor, causan indignación en la ciudadanía.

Por lo tanto, es necesario comprender la necesidad de dar el valor verdadero y el debido lugar que se merecen los establecimientos educativos y su equipo docente, por el papel prioritario que desempeñan dentro de la sociedad. Así mismo, exhortar a las autoridades a la modificación de leyes donde no solo se proteja al estudiante, sino también al docente, ya que todos pertenecemos a un mismo estado y merecemos igualdad ante la ley. Analizar si verdaderamente la educación está avanzando o retrocediendo y entender que la educación no solo es responsabilidad del docente también es una obligación ineludible de los padres de familia y del estado.

Allison Chisaguano
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