Lecciones de un debate

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Con expectativa y esperanza de lo que se proponga y se diga, miles de ecuatorianos esperábamos el debate presidencial de la segunda vuelta, entre el candidato Daniel Noboa y Luisa González, a 15 días del balotaje, el domingo 1 de octubre a las 19H00, era el inicio de esta confrontación en el escenario de la contienda y ahí estaban, en el mismo set solo separados por la presentadora del debate.

Todo listo y dispuesto para ver este episodio electoral, que en la primera vuelta si trajo una gran incidencia en el resultado, pero este es un evento diferente, aquí ya solo son 2 los contrincantes, y las expectativas ya tienen un antecedente,  que fue su actuación en el primer debate, aquí algunos elementos que intentaban marcar diferencia: Noboa ya no lució su chaleco antibalas, su ingreso lo hizo con 2 mujeres, su esposa y su madre, mostrando la unidad familiar, por su lado Luisa llegó con su binomio e ingresó con un chaleco antibalas, que no apareció en escena el reto del debate, un mensaje quedó claro, la imagen si cuenta, lució unos lentes para darle un toque de intelectualidad, mientras Daniel, su terno con su corbata a rayas y los colores afirmando en pequeños detalles que buscaban mostrar su identidad partidaria.

La presentadora que dividía a los contrincantes demostraba sobriedad y elegancia, su papel era generar la discusión y mantener el orden en parámetros normales. Iniciaba el debate y de a poco la expectativa se fue convirtiendo en decepción, el formato, la falta de chispa por parte de los candidatos, el ceñirse a un guión que les señalaba generalidades y falta de concreción, en el cómo hacer, el sin números de propuestas que de lado y lado proponían, que iban desde el libre ingreso a la Universidad, presupuesto adecuado para educación y salud, seguridad para todos y todas, trabajo y nuevamente que en los primeros 100 días ya estarán las medicinas para todos en el seguro y hospitales, que ya estará listo los planes de seguridad y de por medio una consulta, se inició el baratillo de ofertas.

Los dos seguían el Guión que sus asesores les plantearon, no existió confrontación y menos frases que busquen marcar fuerza para que los destaquen;  los invitados al debate fueron Guillermo Lasso, comparado con Noboa y como no, Correa que pareció disgustar a Luisa que incluso se desubicó y se sacó los lentes para dar su respuesta, en el ámbito de seguridad si Luisa nombró a Bernardo Manzano como el nexo de Noboa con los narcos, Noboa pronunció a José Serrano como el nexo de Luisa con los Narcos, es decir él y ella tienen esas oscuras relaciones, lo que no depara un porvenir mejor respecto a la seguridad y la narcopolítica.

En términos reales un debate aburrido, marcado de demagogia y poco conocimiento de la realidad del país, sin lugar a duda no existió un debate, fue una tribuna para mostrar que cualquiera de los dos candidatos no representa ninguna esperanza para los ecuatorianos, son sinónimos de más de lo mismo, no se pudo establecer diferencias sustanciales, el debate dejó como consecuencia un gran perdedor, el Ecuador, ya que ninguno mostró hechos reales que permitirían salir de la dura crisis institucional, social y política que atravesamos. Nos deja la lección de seguir organizándonos en mejores condiciones para llegar a un verdadero cambio que nos ayude a mejorar las condiciones de vida de los pueblos del Ecuador.

Edison Alvarez
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