Las élites del fútbol mundial no pudieron derribar al Diego

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La muerte del astro del fútbol mundial, Diego Armando Maradona ha concitado una eclosión de emociones la mayoría resaltando hasta la veneración las extraordinarias cabriolas, piruetas, esguinces, gambetas, velocísimas escapadas del genio futbolístico, como aquel inolvidable driblin que, en uno de los mundiales del deporte que mayor atracción suscita entre los espectadores del mundo, se escapó y fue dejando por el suelo a uno, dos, tres rivales y cuando el arquero inglés apareció lo dribló y anotó aquel gol inmemorable; o el famoso gol que ha quedado en la memoria colectiva como el de “la mano de dios”.

Maradona aún joven, es uno de los reflejos de la cultura artística de esta sociedad: “descubierto” siendo un jugador pibe, de origen pobre, de entre los millones que desenvuelven su vigor natural y sus destrezas de raigambre popular en las canchas de futbol barrial de polvo, dos piedras o un arco hecho de tres palos rústicos y una pelota usada o aquella que fue llevada a la pantalla por el cine argentino hace más de medio siglo: “Pelota de Trapo”.

“El Pelusa” fue mostrando su talento y maestría en el deporte más popular del mundo originado en el fútbol barrial, maestría que poseen los hijos de los trabajadores; el descollante deslumbramiento de sus gambetas durante el juego colectivo que llevó “Al Diego” a un enjambre de victorias que exaltaban los aficionados al futbol y los propios jugadores de su equipo, compañeros de aquellas batallas futboleras inolvidables en las cuales se pone en el juego el corazón, los pulmones, la creatividad que hace mover los pies, las piernas, la cintura, el cuerpo entero no solo para driblar al rival sino para hacer entrar en el juego colectivo a sus compañeros del futbol masculino que ahora también es practicado con virtualidades por las mujeres: El arte de gambetear para llevar el balón a romper las redes del contrario.

Elites del fútbol mundial
BARCELONA, SPAIN – JUNE 13: Argentina player Diego Maradona (c) takes on the Belguim defence during the 1982 FIFA World Cup match between Argentina and Belguim at the Nou Camp stadium on June 13, 1982 in Barcelona, Spain. (Photo by Steve Powell/Allsport/Getty Images)

Este ambiente lo fue encumbrando hasta convertirlo en un astro observado por los ojos, las mentes, las emociones de los públicos directos y virtuales del espectáculo que atrae a los espectadores de América Latina, El Caribe, Europa, África, Asia y recientemente Estados Unidos y China.

Ese escalamiento propiciado por los magnates del fútbol manejado por la mayor institución multimillonaria de este deporte, la FIFA, cuya estructura se desenvuelve a nivel mundial convirtió a Diego Armando Maradona en un astro del futbol.

Ello le dio la posibilidad de acceso al papel moneda en grandes cantidades, superiores a las de los sueldos y/o salarios que obtiene un obrero u obrera, un campesino o campesina, un educador o educadora por su duro trabajo cotidiano, hoy notablemente inferior debido al manejo lujurioso y agiotista del dinero de parte del capital financiero mundial durante la pandemia del coronavirus.

El ambiente creado por la cultura imperialista hace acreedor al futbolista quien se ve atraído por las redes diversivas de la anticultura de la ovación, los aplausos, las exaltaciones, las mujeres introducidas en este mundo del erotismo burgués desenfrenado, los automóviles de marca, el dinero rimbombante tras el cual vuela el alcohol, las drogas.

Este fue el mundo que envolvió a ese astro entrañable y querido por millones quien al verlo jugar con esas cualidades resultado de grandes acumulaciones humanas de niños practicantes de este deporte de masificación de entre los cuales solo una minoría asciende a las élites y se transforma en artista del balón pie controlado por los grandes capitales financieros monopolistas cuyo origen es la cancha barrial de polvo y los desaforados gritos populares exaltando la consecución de los goles enraizados en esas canchas de antiguos ancestros populares de Europa y en parte de América Latina.

Tales los ambientes en que se desenvolvió la vida de uno de los grandes artistas de este deporte que entregan las multitudes de jugadores de ambos sexos para el “deporte profesional” que se desenvuelve en el increíble mundo del mercado de futbolistas cotizado en altísimas cantidades de euros, dólares y/u otra moneda del futbol practicado en China, Estados Unidos o en los ricos países del Medio Oriente cuyas cúpulas de poder dueñas de las grandes empresas millonarias del fútbol disfrutan de vidas opíparas en que se combinan los antiguos vicios y hasta depravaciones medioevales con las modernas que “ha creado” la tecnología.

Criticado por los dueños del poder en los ámbitos futbolísticos por aprehender, “El Pelusa”, la anticultura creada por el sistema de acumulación de riqueza en pocas manos; anticultura legalizada y puesta a expensas de los usos excesivos que de ella deviene a la que pueden ser atraídos destacados artistas incluidos los millonarios astros del futbol como Pelé, Messi, Cristiano Ronaldo; recordemos como murieron envueltos en las drogas, en el individualismo y los excesos del personalismo que rodea de millones de dólares a los artistas como: Michael Jackson, Elvis Presley, Whitney Houston, pero de la cual deben abstenerse los astros del futbol pues no conviene a las grandes empresas monopolistas del balón pie mundial.

Los encajonamientos éticos establecidos para los astros del fútbol mundial por las grandes empresas futbolísticas como Real Madrid, Barcelona, no deben ser rotos, pues, el papel en general de los artistas entre ellos los astros del fútbol, quienes, sin saberlo ni desear saberlo, embellecen al sistema de acumulación del capital con el manejo prodigioso del balón realizado con sus pies, cabezas, etcétera, es fundamental pues sirve para incrementar los ya fabulosos ingresos de los grandes capitales financieros de los monopolios de la diversión futbolística de masificación.

Estos encajonamientos éticos establecidos por el capital para los excepcionales protagonistas del masivo espectáculo estético del fútbol mundial están determinados por las reglas que las Empresas del Fútbol establecen para quienes son introducidos en este “profesionalismo multimillonario”: Esta ética establecida para los futbolistas es la de alejarse estratégicamente lo suficiente de los eróticos atractivos conque el sistema del capital enajena y destruye a la mayoría de los jóvenes.

A esa sofisticada ética burguesa no se encajonó Maradona; y, como fuera estigmatizado por caer en esas prácticas en Italia uno de los países de Europa más abiertos a las mismas, “El Diego”, respondió a sus detractores de las cúpulas burocráticas del fútbol mundial como la FIFA; duros señalamientos que el FIFA GATE mostró que eran lo que Maradona les espetó: multimillonarios burócratas encaramados en las altas esferas de la FIFA: Fue por esas razones soltadas con virulencia por este gran artista del fútbol que aquellos burócratas le cayeron encima.

El sistema de diversiones eróticas desenfrenadas creado por la burguesía en el que cayó “El Pelusa” sirvió para estigmatizar al astro del fútbol que les devolvió la agresión desenmascarándolos.

Y es eso lo que resaltan y recuperan las multitudes que hoy ondean su nombre despreciando a quienes lo estigmatizan: El talento desbordado en maravillosas, extraordinarias proezas que los públicos absorbidos por este masivo espectáculo artístico de multitudes recupera a los 60 años de una vida que refleja los anhelos de miles de millones de seres humanos que no aceptan que se haya vituperado contra “El Diego” que solo fue uno de los grandes rebeldes del estilo de Mohamed Alí el gran monarca de los pesos pesados del mundo de los golpes quien se negó a ir a disparar un solo tiro en Vietnam a nombre del gran agresor de los pueblos del mundo: El imperialismo norteamericano.

Reposo en la tumba o en las cenizas del extraordinario artista del balompié mundial Diego Armado Maradona: “El Pelusa” de las canchas pobres donde millones de niños y niñas descargan sus energías naturales soñando en un mundo nuevo mientras desarrollan sus talentos naturales que muestran la natural capacidad de los pueblos de la tierra, para, viviendo de su trabajo, desenvolverse con dignidad, alimento, salud, transporte, educación, recreación, deporte, artes populares.

Antonio Guerrero

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