No hay estamento del Estado Central y de muchos de los Estados municipales del país, donde, al aplastarse la piel de dichas instituciones estatales, no brote el pus de la corrupción financiera, que va empatado con la instituida anticultura del asalto de los fondos públicos elevada a la categoría de “costumbre” y “ley” de connotaciones voluminosas durante la década correista acrecentada durante el gobierno de Moreno.
Que esta anticultura de asalto de los dineros públicos se haya extendido al Ilustre municipio quiteño a través de nueve concejales y del alcalde Yunda -todos correligionarios del correismo- no es sino la traslación desde Carondelet a través de los capitostes mayores de esta anticultura del poder político de Carondelet, Correa y Mera, al vecino Municipio del Distrito Metropolitano de Quito.
¿Si el jefe del Estado Mayor de la corrupción -Correa- instituyó el asalto de los recursos del Estado como algo natural: ¿Cómo sus fervientes seguidores pueden dejar de seguir los pasos de su mentor mayor?
Este es, por diversas evidencias, el caso del alcalde Yunda que sale a flote al destaparse un inmoral manejo de actividades impropias de una Administración Municipal descubiertas en los mensajes del celular de su hijo, Jorge Sebastián Yunda.
Con la misma escuela correista de la huida fuera del país, el hijo del alcalde Yunda ha fugado al extranjero, tras haberse descubierto sinnúmero de correos, chats, whapsapps, dirigidos a autoridades y funcionarios (as) municipales para llevar a cabo acciones incompatibles con el propio sistema administrativo-financiero del Municipio de Quito.
Tras la olímpica declaración leguleya de Yunda: “inocente mientras no se demuestre lo contrario”, el asunto ha cobrado tal notoriedad que su destitución como alcalde pende sobre su cuello como espada de Damocles pese a las maniobras de los concejales correistas quienes evidencian que la plaga de la corrupción se ha instaurado y al parecer para rato en el Municipio Quiteño.
Son estos concejales correistas quienes aúpan al beligerante alcalde populista correista, Yunda, quien se niega a renunciar, ya en tres sesiones del Consejo Municipal, la última, convocada en un sector barrial de adeptos a Yunda para presionar a los ediles que demandan su destitución.
La serie de mensajes electrónicos a “sus panas” y a funcionarios del Municipio de la Capital de la República evidencian que Jorge Sebastián -su hijo hoy fugado al extranjero- tenían el aval de su padre Burgomaestre del Municipio Metropolitano de la Capital.
La concejala Coloma destaca que no es solamente el asunto moral de la corrupción en el manejo de los fondos del Municipio de Quito sino de una “crisis política” evidenciada en que los Proyectos del Municipio Metropolitano carecen de Dirección y seguimiento institucional para su Ejecución, uno de ellos el Metro, sobre el cual pesan graves denuncias de ineficacia originadas en una evidente desorganización que parte del estilo anárquico y sin rumbo impreso a la administración del principal municipio de la república por el alcalde Yunda que es lo que, redondeando, ameritan su renuncia y/o su destitución.
Todo evidencia que la suerte está echada para Yunda, quien solo cuenta con la bancada de concejales correistas, quienes, con un grado de amoralidad característica de su maestro en la corrupción estatal financiera y en la lascivia generada por el usufructo del poder para el saqueo de sus fondos consideran que los delitos de Jorge Sebastián, hijo de Yunda, no tienen razón de contaminar al Burgomaestre del Municipio de Quito.
El asunto es grave, pues, de no ser destituido Yunda de sus funciones como alcalde acudiendo a la clásica movilización de sus adeptos para presionar a los ediles democráticos que reclaman su inminente expulsión política de la Alcaldía de Quito, el principal Municipio de la República entraría en una grave situación de acefalía en la administración municipal de la Capital.
Esta situación brota cuando “Papi Yunda” estaba involucrado en la audiencia de evaluación preparatoria del juicio por el delito de peculado en la compra de cien mil pruebas para detectar coronavirus que realizó la Secretaría de Salud del Municipio Metropolitano de Quito, a realizarse a escasos 30 días; delito en el cual está como acusado principal el alcalde Yunda y catorce funcionarios municipales más involucrados en dicho delito*1
Sobre Yunda han pasado otras ráfagas de corruptela que ha esquivado artificiosamente y sin vergüenza alguna Yunda para quien el grillete electrónico es un “trofeo a la honestidad populachera”: El caso de la transferencia bancaria realizada desde la Empresa de Agua Potable a Hong Kong y a Estados Unidos por un valor de un millón trescientos mil dólares ($ 1.3 millones) que Yunda atribuyó a un “hackeo” de la cuenta de dicha Empresa Municipal de Agua Potable, fue desmentido por el Banco Central quien destacó enfáticamente que aquello del “hackeo de las cuentas de la Empresa Municipal de Agua Potable” era totalmente falso.
¿Cinismo imperturbable ante un clarísimo signo de asalto de los fondos del Municipio Metropolitano de Quito?
¿Correos de su dilecto hijo que muestran a éste como conocedor e interventor en contratos y proyectos de Quito
aupados por su padre, la principal autoridad municipal, entre empresas privadas nacionales y extranjeras y el municipio capitalino? *2
¿Conversaciones de índole judicial en las cuales se hace referencia a un dictamen de abstención fiscal donde se consignan nombres y apellidos? *3
“Que prueben el delito”: Dice la principal autoridad del Municipio de Quito, palabras similares a las emitidas por Glas y Correa.
*1, *2 y *3 – sucesivas notas respecto de esta temática recogidas del periódico “El Comercio” de Quito.
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