El parasitismo político del PSC se nutre de las alianzas de las cuales sale airoso aún sin ganar las elecciones
Es una verdad a grito tendido: el papel que ha jugado el Partido Social Cristiano (PSC) en la historia del país es francamente nefasto y es a no dudarlo una de las principales causas de la debacle moral, corrupción política y económica del Ecuador.
Nació como disidencia del Partido Conservador Ecuatoriano (PCE), que fue la cuna de los políticos de la derecha política y de la iglesia católica. En su inicio estuvo dirigido por Camilo Ponce Enríquez, un ambicioso aristócrata terrateniente de la Sierra. Bajo su mando este partido inició la vergonzosa vida de alianzas y traiciones.
En 1939 Ponce se encaramó a la triunfante carrera de Velasco Ibarra, prominente político de la derecha. Incluso participó en La Gloriosa en 1945, luego de lo cual comenzó su vida política en un ministerio. Oficialmente en 1951 nace el Movimiento Social Cristiano, apoyado por el joven, también de derecha, llamado Sixto Durán Ballén. En 1956 Ponce asciende a la presidencia de la República con el apoyo del velasquismo, con el cual rompe poco después.
Su gestión se opacó de manera sangrienta, después que ordenó la matanza de estudiantes y trabajadores luego de severos disturbios, especialmente en Guayaquil y Portoviejo.
En 1976, a la muerte de Ponce Enríquez (que curiosamente tiene un monumento en la avenida Amazonas en Quito), Sixto Durán asume la dirección del partido y pacta con los militares para quedarse con la alcaldía de Quito. Los social cristianos son excelentes en vender su alma al diablo con todo tipo de alianzas, pero perdieron la presidencia frente al candidato cefepista (CFP), propiedad de la familia Bucaram.
León Febres Cordero gana la presidencia con postulados neoliberales y desarrolla una política brutal y sanguinaria. Su violencia atrajo el levantamiento armado y popular. De paso despojó a Durán Ballén de la presidencia del PSC, que entonces ya era legalmente un partido político.
Durán sale del PSC ya que León Febres nombra a Jaime Nebot como candidato. Entonces nace el Partido Unidad Republicana (PUR) con el cual accede a la presidencia de la república. El PSC era un saco de ponzoñas pero Nebot hacía de las suyas desde el Congreso.
Con promesas, acuerdos, y reparto de puestos, actuaron como presidentes del Congreso los socialcristianos Heinz Moeller y Hugo Quevedo Montero.
Abdalá Bucaram gana las elecciones a Jaime Nebot, quien reinicia su estrategia de unirse con quien pueda para mantener su hegemonía política. Hace alianza con la Democracia Popular (ex Democracia Cristiana), con el Frente Radical Alfarista (FRA), y de esta manera logran poner a Carlos Falquez en la presidencia del Congreso.
En el 2002 su candidato Xavier Neira queda quinto en las elecciones por lo que se ven forzados a hacer nuevas alianzas esta vez con el coronel Lucio Gutiérrez, del cual se deshacen apenas cae en desgracia. La socialcristiana Cynthia Viteri, vicepresidenta del Congreso, colocará la banda a Alfredo Palacio.
En el 2007 el PSC hace unidad con el PRIAN del millonario Álvaro Noboa, y nuevamente con la Democracia Cristiana y el PPP (Partido Patriótico Popular) de Lucio Gutiérrez. Sufre una escisión y da paso al Movimiento Madera de Guerrero con el que comparte la Alcaldía de Guayaquil con Cynthia Viteri. Más tarde el correismo debilita al PSC, y al que arrebata importantes bastiones de votos de la Costa. En el 2021 el PSC apoyó la presidencia de Guillermo Lasso (que nombró al máximo jefe socialcristiano, Pascual del Cioppo, como embajador en España) pero lo abandona cuando se convocó a la muerte cruzada, pero también porque ya venían las elecciones y no convenía aparecer como colaboracionista de un gobierno inepto.
En los años 2021 y 2023 confluirán los votos en la Asamblea y harán la unidad con el correismo y con sus primos de sangre de la ADN (Alianza Democrática Nacional) del nuevo presidente Daniel Noboa, con el pretexto de “facilitar la gobernabilidad”. (Aunque los correistas tengan debajo de la manga el enjuiciamiento a la Fiscal Diana Salazar).
Su última victoria de gobernar sin haber ganado es la ubicación como presidente de la Asamblea al socialcristiano Henry Kronfle Koshaya (de los grupos de presión libaneses comandados por la familia Sonnenholzner), y en varios puestos en las Comisiones a los 18 asambleistas del PSC.
Es decir, sin ganar las elecciones, gobiernan o cogobiernan el Ecuador.
Y ya están tramando su participación en las elecciones del 2025 donde se proponen seguir gobernando sin ganar las elecciones.
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