En estos días de encierro, donde el teletrabajo del docente, las ocupaciones domésticas como el jardín o la cocina más las películas, las redes (whatsappeo y zapping) se convierte en un ejemplo práctico de modelo de “poder doméstico”, no cabe duda que es un clásico y hasta romántico ejemplo del insipiente modelo de producción capitalista, Smithiana, si se puede decir, basado en la producción, distribución y consumo.
En lo macro, la sociedad en crisis, sanitaria y falta de confianza en los actores políticos más la economía en crisis, por un poder que privilegia al mercado y quita recursos al estado, o no es real que los servidores públicos estamos financiando el presupuesto, por otro lado las protestas de servidores de la salud.
¿Qué pasa con el poder político? Michel Foucault, filósofo, plasmó en su libro “vigilar y castigar” de fines del S.18, sobre el ejercicio del poder, los elementos en su descripción: encierro, regulación, vigilancia, castigo. ¿Y con la educación? Alumnos que dan importancia a un número y a los hechos sobre la riqueza cognitiva, un manifiesto énfasis en los resultados de las pruebas nacionales Ser bachiller, un sistema educativo modelado a los interés de la industria. Coincidencia tal vez sobre el ejercicio del poder
La preocupación e inmediata ocupación de personas y estado en salud y economía en nuestra nave –el planeta Tierra- llegamos al punto de inflexión, un cambio histórico y social, nos lleva a pensar en que la psique sobre la materia parafraseando el pensamiento de: permanecer en la memoria social algo que ya fue, (H. Belting, Antropología de la Imagen. P. 208).
“La ideología de la historia general de la humanidad, presenta la misma tendencia que la curva de la evolución del IPhone: lo nuevo es siempre mejor que lo anterior” (A. laje, 2020)
¿Qué sería lo nuevo del poder político? Ensayando la respuesta en dos ejes:
La Biopolítica, es decir; los valores personales y comunitarios con sus facetas una solidaria como la iniciativa del burgomaestre de la capital para dar asistencia a los excluidos de la sociedad, el grupo de médicos, enfermeras y personal de salud en general, la presencia solidaria de la sociedad civil, similar al ya histórico octubre rojo del 2019, también la presencia de otras instituciones estatales, muestran que es real el compromiso ético personal y profesional. Y dos, la otra cara de la medalla; la faceta narcisista de algunos (yo en mi casa “representando a las personas de bien”), la egocéntrica, basta recordar a las personas acaparando y desabasteciendo en mercados y supermercados, los consecutivos abusos en los precios de algunos productos y creación de supuesta escasez en el acto de intercambio, la desobediencia civil en algunas regiones del país, las mismas que deben ser disciplinadas por el poder político. La presencia del estado que no recuperó 200 millones a aproximadamente 270 grupos económicos, los gastos en circos, el inmediato pago por deuda externa de 945 millones a fin de mes, pago de los Bonos Global 2020.
Otro eje, la psicopolítica según el mismo A. Laje, más etéreo, se refiere a Inteligencia artificial, drones que observan, la vigilancia a través del uso de las redes sociales, no es exagerado pensar en este período el otro crecimiento exponencial de su uso. ¿Verdad?
El cambio, es duro, duele, es cuesta arriba, requiere actores políticos bien formados y capacitados, igualmente personas con consciencia política, social, histórica. Tendremos a futuro un estado con más poder o una sociedad más empoderada, sensata, lúcida de su rol.
¿Qué sigue? Pues un ejercicio de mayéutica con un Carpe Diem moralmente bien vivido.
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