El camino al éxito para algunos -candidatos-, el calvario para otros -electores-.
Se alistan y retumban los oídos pues unas nuevas elecciones se avecinan. Para ello nosotros los electores debemos estar preparados principalmente para la demagogia y el abanico extenso de candidatos que buscarán ganar prefecturas, alcaldías o concejalías.
En virtud de esta situación súrgeme una inquietud: ¿existe el candidato perfecto? Evidentemente la respuesta es no, pues una larga experiencia nos demuestra que no existe un candidato perfecto, sino un candidato bien marketeado y asesores que saben cómo llegar a los electores.
La respuesta a esa inquietud será siempre no, pues el ser humano es imperfecto y cometer errores es parte de su naturaleza humana. Sin embargo, siempre apelamos a los sentimientos y al clásico antagonismo del bien y el mal al momento de decidir tu voto. Dentro del argot popular siempre existirá la persona que diga: mas vale malo conocido que bueno por conocer.
Por tal razón es importante tomar en consideración lo siguiente: No existe candidato alguno que sea “independiente”, todos, absolutamente todos responden a intereses de terceros, sean estos movimientos políticos, sociales, corporaciones, entre otros. Quienes son los que financian y promocionan su candidatura.
No digo que aquello esté mal, al contrario, creo que es importante esclarecerlo para que al elector no le vendan liebre por conejo, pero sobre todo tener una democracia plena. Porque repito, no existe candidato perfecto, solo candidato bien marketeado.
Otra situación muy importante es conocer su tendencia e ideología política. Conocer si dentro de su discurso existe coherencia entre lo que dice y hace, incluso hizo -con algunas excepciones- ¿con qué objetivo? pues sencillo, debes conocer si tu candidato comulga tus mismas convicciones.
Si nos ponemos más minuciosos, es muy importante analizar su plan de trabajo al tal punto de comprender si sus promesas de campana tienen vialidad económica y jurídica. Ante ello es muy importante el papel que juega la academia pues desde un punto de vista objetivo y didáctico se podría tomar decisiones más concretas, pero sobre todo informadas.
Ahora el papel que juega el elector es mucho más difícil, pues en una sociedad donde tenemos graves problemas sociales como: desempleo, delincuencia, educación, desnutrición, entre otros; somos más susceptibles a caer en dádivas y falsas promesas. Sin duda alguna es un reto muy grande el intentar de que todos nos interesemos en la política. Solo veámoslo de este modo: al interesamos en banalidades, el candidato te ofrecerá banalidades, te dirán lo que quieres escuchar y lo que te interesa. Porque recuerden, no existe candidato perfecto, solo candidato bien marketeado.
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