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Por: Odiseo Runa

Fotografía: Archivo

La cultura del Graffiti

 

El ahora popularizado <graffiti> es una manifestación social, cultural y política manifestada durante la antigüedad esclavista, en la Edad Media feudal y en la sociedad contemporánea capitalista.

 

Lo más destacado de esos <grafos> antiguos es que  se usaban como consignas, con figuras y signos para expresar descontento y rechazo a determinadas decisiones políticas del poder.

 

Un pincelazo de aquellas expresiones sociales y políticas: <Entre los romanos estaba acentuada la costumbre de la escritura ocasional sobre muros y columnas, esgrafiada y pintada: Se han encontrado múltiples inscripciones en latín vulgar: consignas políticas, insultos, declaraciones de amor, junto a un amplio repertorio de caricaturas y dibujos en lugares menos afectados por la erosión, como en cuevas-santuario, en muros enterrados, en las catacumbas de Roma o en las ruinas de Pompeya y Herculano, donde quedaron protegidos por la ceniza volcánica>.*1

 

Podríamos recoger diversas manifestaciones de ese espíritu grafitero ya brotadas durante la antigüedad histórica como las imágenes de los gigantes <Gargantúa y Pantagruel> en la Edad Media mostrando personajes del poder feudal envueltos en la gula, la lujuria, la avaricia.

 

La historia de nuestro país recoge en el grafo: <último día del despotismo y primero de lo mismo> una manifestación política contra el poder latifundista de los primeros días de la República.

 

Ya más cercano al período capitalista y para ubicarnos en un entorno cultural contemporáneo, la corriente de graffitis más destacada fue practicada por estudiantes universitarios y militantes negros en Nueva York: Mensajes en aerosol <Liberen a Huey>, <Off Ta Pig> (abajo el “cerdo”: significado de policía) ; en muchos barrios de vecindades portorriqueñas aparecían graffitis: <Viva Puerto Rico Libre>; mas adelante aparecieron grafiteros al <lado superior del Oeste de Manhattan> que fueron <historias del temprano graffiti en Nueva York> pero, destacan quienes han estudiado este fenómeno, que los más destacados graffitis fueron los de <Lee 163> del Bronx y <Undertaker Ash y Friendly Freddie> de Brooklyn.*2

 

Lo más destacado del graffiti da un brinco relacionado con graffitis en vagones enteros de Trenes y de los <Metros> subterráneos de Nueva York. Según destacan los seguidores de esta expresión cultural: en 1977 la emisora de televisión ABC <Mostró como viajaban los trenes pintados por <El Metro de Nueva York> y fue allí cuando la <Autoridad Metropolitana del Transporte de Nueva York> inició una “encarnizada lucha contra el graffiti” que se conoció como <Movimiento Tren Limpio>.*3

 

 

Todas estas manifestaciones expresan que el graffiti surgió de la calle y para la calle y que sus principales protagonistas provienen de las barriadas pobres del Bronx, de Brooklyn, quienes buscaban expresarse a través de aquellos medios que eran los únicos a los cuales podían acceder que les permitían difundir los entornos sociales de sus vidas brotadas de la marginalidad, la pobreza, la violencia policial, la brotada de confrontaciones entre bandas juveniles, etc.

 

De lo que se deduce que el <graffiti> se ha convertido en una manifestación social que refleja la cultura de los segregados, de los marginados dentro de la sociedad capitalista que tiene eclosión en cordones sociales como el <Bronx> como respuesta de esas franjas sociales marginadas que no tienen cabida en la gran prensa como el <Washington Post> o el <New York Times> ni en los programas de las Grandes Empresas de Televisión que reflejan la cultura de las ciudades capitalistas <modernas>.

 

El “debate” acerca de si el graffiti es un arte, o no, carece de cabida para quienes miran estas expresiones culturales construidas con notables elementos artísticos que rompen con la estética dominante de las Galerías de Arte burguesas.

 

 

Durante la <modernidad> y la <postmodernidad> -así denominado a un período de dominación imperialista- en la cultura artística se ha afianzado la concepción predominante acentuada en Estados Unidos y Europa, principalmente, de las grandes ciudades construidas para embellecer la visión de los rascacielos como arquitectura artística dominante del capital financiero calificada como <Catedrales de Luz> que se irradia a escala global.

 

Estas expresiones artísticas capitalistas de la <modernidad> y la <postmodernidad> ocultan la vida de las franjas urbanas sociales marginadas de <El Bronx> o <Brooklyn> donde la pobreza, el racismo -la llamada “exclusión”- se concentra entre los negros, los latinos, los migrantes.

 

Amplias concentraciones sociales de seres humanos marginados de la sociedad capitalista que genera de manera espontánea una <cultura de la pobreza> como la denominaría Sinclair Lewis*4 proveniente de esos ambientes sociales relativamente invisibles para los grandes medios de comunicación donde viven hacinados hombres, mujeres, ancianos, jóvenes de ambos sexos quienes soportan los efectos de la crisis capitalista que al concentrar la riqueza social en manos de un grupo de multimillonarios genera el  desempleo y el llamado <subempleo> quienes engrosan los eslabones sociales que el capitalismo convierte en desechos sociales ocultados por la <cultura oficial>.

 

La vida de estos conglomerados humanos de negros, latinos, africanos, se refleja en ritmos como el rap, el hip-hop, el break dancing de donde surge como una expresión comunicacional de los de abajo, de las capas sociales marginadas por la sociedad capitalista, el <graffiti>, que se manifiesta en diversas formas: consignas, figuras, bocetos, murales.

 

 

Estos últimos logran, en muchos casos, ciertas características artísticas que son manifestaciones culturales espontáneas, irreverentes hacia diversas manifestaciones o efectos de la cultura capitalista: La xenofobia a los migrantes, el racismo que genera la violencia policial que asesina a mansalva a hombres y mujeres negros; la segregación, el derecho al aborto para las franjas sociales de mujeres pobres que carecen de recursos para ir a una clínica costosa, etcétera.

 

Con estas formas artísticas contemporáneas espontáneas e irreverentes ocurre igual que con los ritmos musicales que atraían sugestivamente a los públicos de la llamada <clase media” acomodada al que luego las empresas capitalistas disqueras llamarían <jazz> y <blues> al comprobar como estos públicos repicaban con su concurrencia a las exposiciones de los músicos negros y blancos pobres dada su fuerza, cadencia, versatilidad proveniente de las haciendas y canchones esclavistas de los artistas negros del Sur de los Estados Unidos.

 

Con el rap, el hip-hop y el breack dance ocurre algo similar que no ocurre en esa magnitud con el <grafiti> por brotar de estas grandes franjas sociales marginadas por la sociedad capitalista.

 

 

Estas realidades se ven reflejadas en graffitis que alcanzan notorias dimensiones culturales en grandes murales construidos con  vigorosos trazos, colores vivos, estridencia singular y personajes que son viva muestra de lo que la cultura capitalista llama <exclusión> que en realidad es producto de la sociedad capitalista que concentra sus grandes fortunas en las ciudades modernas mientras deja marginadas y en la desocupación a amplias franjas sociales que se enraciman en los llamados <barrios duros> o <barrios marginales> donde se hacian de mano de la desocupación y la llamada sub-ocupación la descomposición social y cultural para los franjas sociales que debido a esas circunstancias viven en la pobreza y la miseria: Entornos culturales de una sociedad marcadamente clasificada en franjas sociales carentes de trabajo y obligadas a recurrir para sobrevivir a la vida lumpen, al desclasamiento social y cultural para quienes el llamado <progreso>, el <bienestar>, es una mentira, un gran <bluf>.

 

El <grafiti> es la manifestación de la llamada <exclusión> que en realidad es segregación de clase en todas sus formas. De esos conglomerados sociales como el Bronx y Brooklyn donde se hacinan el pueblo negro norteamericano, los latinos, -entre quienes se suscitan confrontaciones de toda índole social y cultural- brota el <graffiti> que por supuesto ha logrado de manera similar que el jazz, ocupar espacios artístico culturales.

 

Eso también ha ocurrido, aunque no en esa dimensión, con artistas del hip hop, del rap, del <breack dance> y también del graffiti, situación que, por supuesto, no ha cambiado el origen de estas formas musicales y de propaganda pues aquellas grandes franjas sociales fruto de la descomposición del capitalismo se mantienen en iguales y peores circunstancias sociales que son las causas esenciales que sustentan la <cultura del graffiti>.

 

Es por eso que el graffiti moderno originario de los ambientes sociales y culturales del <Bronx> y de <Brooklyn> se ha extendido a similares ambientes sociales de Francia, Italia, España, de América Latina, de El Caribe.

 

Una de las originarias formas de expresión del graffiti ha sido y es la pintada de graffitis en los Trenes y en los Metros subterráneos a través de los cuales la cultura del graffiti se difunde, expande y comunica su sensibilidad y cultura espontánea.

 

De tal modo que aunque tenga -la cultura del graffiti- hoy un movimiento mundial irreverente contra la cultura capitalista e imperialista algunas aristas que escapan al ojo advertido de la intelectualidad democrática ésta es, esencialmente, mirando su trasfondo, de repudio e irreverencia al poder establecido por los grandes capitales que genera la vida opípara de los magnates.

 

* 1,2 y 3- Pincelazos históricos recogidos de diversas fuentes.

 

* 4- La novela: <Los Hijos de Sánchez> llevada al cine e interpretada por el eximio actor Anthony Quinn contiene elementos de aquello que su escritor, Sinclair Lewis, llama: <la cultura de la pobreza> esto es: la conformidad de las capas sociales pobres con su situación de marginalidad y miseria dado que no han tomado conciencia, aún, de las causas por las cuales han sido sometidas por el capitalismo a la descomposición social.

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Las Casas Oe3-128 (entre América y Antonio de Ulloa)

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ISSN 1390-6038

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